¿Cómo puedo saber si mi hijo es miope?
Este artículo trata de:
La miopía (dificultad para ver objetos lejanos), la hipermetropía (dificultad para ver objetos cercanos) y el astigmatismo (visión borrosa a cualquier distancia) son los problemas relacionados con la vista más frecuentes en los niños. Estos problemas de visión pueden afectar tanto a su rendimiento escolar como a diferentes aspectos de su vida en general. Te contamos cómo puedes reconocer si tu hijo es miope.
Índice de contenidos
Problemas de visión más frecuentes en niños
Los problemas relacionados con la vista que son más frecuentes entre la población en edad infantil son la miopía, hipermetropía, astigmatismo (lo que serían defectos de refracción), el ojo vago, el estrabismo y alteraciones al ver colores (discromatopsia).
En concreto, los defectos de refracción son los más comunes y afectan al 20% de los niños. En concreto, la miopía suele diagnosticarse a los cinco o seis años, cuando los niños ya van al colegio y pueden tener problemas para ver lo que está escrito en la pizarra.
Problemas de visión en niños en edad escolar
Como acabamos de ver, la miopía suele detectarse durante la edad escolar. Y es que, una de las causas posibles de mal rendimiento en el cole puede ser que el niño no ve bien y pierde interés en las clases. Esto puede pasar desapercibido a los padres, por eso los profesores deben ser especialmente cuidadosos a la hora de detectar un posible problema de visión en alguno de sus alumnos.
En muchos casos es el propio niño el que nos alerta de que no ve bien la pizarra e incluso pide sentarse en las filas de delante o se pone de pie para poder ver lo que se está explicando. Es importante acudir a un especialista cuanto antes para prevenir problemas escolares. Es frecuente que la miopía aparezca cuando los niños entran en la adolescencia, aproximadamente a los 12 años, o que aumente aunque ya se hubiera detectado años atrás.
Señales para detectar la miopía en niños
El problema es cuando son más pequeños, ya que les resulta más difícil expresarse y no son capaces de identificar el problema y qué es exactamente lo que ven mal. Podemos estar pendientes de una serie de pistas que nos pueden dar a entender que nuestro hijo puede tener un problema de visión como la miopía:
- Prefiere las actividades que se hacen de cerca, por ejemplo libros o encajables, por encima de las que exigen enfoque lejano.
- Entorna los ojos para enfocar o estira el cuello
- Se acerca mucho para ver la tele o achina los ojos para poder verla.
- No nos reconoce cuando estamos lejos: por ejemplo, cuando estamos en la playa no nos ve hasta que estamos prácticamente al lado o a la salida del colegio, vemos que duda a la hora de acercarse a nosotros, mirando alternativamente las caras de los adultos presentes hasta que nos localiza.
- Dolores de cabeza: aunque son más comunes en los niños con hipermetropía, también pueden sufrirlos los niños miopes.
Un último apunte respecto a la miopía es que esta es hereditaria. Si alguno de los padres tiene este defecto de visión o los dos, habrá que pedir una revisión del niño aproximadamente a los cuatro años y repetirla cada año, además de estar muy pendientes de los signos mencionados anteriormente.