El apego requiere tiempo, disponibilidad y estabilidad para que se desarrole

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21/12/2021 - Tiempo de lectura 3 mins
ninos apego

Carmen López Siller es Psicóloga y Psicoterapeuta. Además trabaja como Orientadora en el Colegio Rafaela Ybarra de Madrid. Experta en ‘la relación de apego’, comprueba cada día a través de su trabajo con los chicos y chicas de este centro, lo importante que es tener un apego sano, para el desarrollo de una persona.

¿En qué medida es importante que nuestros hijos desarrollen también el apego con otras personas?

El apego es un proceso selectivo; es decir, no se da con cualquiera, pero también es un proceso múltiple; es decir, dentro de un número limitado, es bueno tener más personas con la que se desarrolle este tipo de vínculo, porque así el ‘sistema protector’ que se genera en torno al niño es mayor. Pero digo limitado. Por definición del apego, se necesita tiempo, disponibilidad y estabilidad para que se desarrolle. Es aconsejable que los niños tengan pocos cuidadores, los mismos y de manera estable. No todo es apego en la vida del niño. Puede establecer otro tipo de relaciones afectivas, pero relaciones de apego… varias, pero limitadas. Recuerdo que estamos hablando de apego, no de vínculos afectivos.

El que el niño cuente con distintas figuras de apego con las que va a establecer una jerarquía de preferencias, es un factor que va a ayudarle en distintas situaciones familiares (como la elaboración de los celos), aumenta la estimulación, facilita el aprendizaje por observación e identificación y ayuda en momentos difíciles y estresantes como las pérdidas, las enfermedades o las ausencias.

 

¿Se desarrolla igual el apego con la madre que con el padre? ¿Qué nos puedes decir de esto?

El apego se desarrolla con aquella persona que me estabiliza y me regula psicobiológica y emocionalmente. Es indudable que el padre puede y debe desarrollar con su hijo este proceso de apego. Pero también es verdad que los primeros meses (y yo creo que el resto de la vida), aunque en la actualidad los padres se involucran más, son fundamentalmente de la madre. Por lo tanto, esta relación tan primaria se va desarrollando normalmente con la madre. Según va incorporándose el padre y establece con el niño esas pautas que ya hemos visto, va desarrollando con él también ese vínculo, necesario para el niño, y también para el padre y la madre.

 

Cuando hablamos de apego pensamos en primer lugar en bebés o recién nacidos, pero ¿qué papel juega el apego en otras etapas de la vida de nuestros hijos?

A esta pregunta casi podría darle la misma respuesta que a la pregunta anterior. Pero voy a añadir un elemento más: ¿cómo se posiciona la madre o el padre ante ese bebé, que irá creciendo, cuándo hay que regularle? ¿Me siento con capacidad, temo, me enfada…? Y el niño ¿cómo va sintiendo lo que le ocurre y la respuesta que obtiene cuando se siente mal? Esto va marcando el ritmo de la relación que se establece entre madre, padre e hijo.

Cuando los niños han tenido una relación con sus cuidadores que les ha permitido generar un proceso de relación de apego seguro, son más seguros, más autónomos, confían más, regulan mejor sus expresiones emocionales… Si han generado un apego más inseguro o ambivalente, su desarrollo también va a quedar afectado.

Y es que el apego no se forma en un instante, o en un momento, sino en el día a día, desde que nace hasta que es adulto.

Carmen López Siller
Psicóloga y psicoterapeuta
Orientary.wordpress.com

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