El hijo único: mitos y verdades

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11/05/2023 - Tiempo de lectura 3 mins

Este artículo trata de:

Hijo único
Mitos y verdades
Natalidad en España

Soy hijo único. Cuando era pequeño había tres cosas que me ayudaban a seguir viviendo: libros, gatos y música.

Haruki Murakami

El hijo único es una realidad cada vez más frecuente en España. De hecho, la natalidad en el territorio español sigue decayendo. Según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se registró el número más bajo de nacimientos en la serie histórica de España.


En total nacieron 329.812 recién nacidos, 7.011 nacimientos menos que en 2021 y 8.623 menos que en 2020.


De quienes pueden o deciden tener hijos, muchos acaban formando familias con un solo hijo. De hecho, se calcula que el 18% de las familias españolas se conforman por hogares con un solo hijo. A estos padres y madres pueden surgirles varias dudas sobre cómo será la vida de su hijo único. Sin embargo, como todo en este mundo, ser hijo único tiene tanto ventajas como desventajas.

Algunas de las inquietudes que pueden surgir son: ¿Mi hijo se sentirá solo? ¿Cómo le enseñaré a compartir? ¿Le costará socializar?

En definitiva, en torno a los hijos únicos hay una gran variedad de mitos y realidades. Pero, ¿qué cosas son ciertas y cuáles no? ¿Qué podemos afirmar realmente sobre la experiencia de un hijo único?

Mitos sobre el hijo único

Los hijos únicos están mimados

Mito con todas las letras de la palabra. Ser hijo único no implica, bajo ningún concepto, estar mimado o ser un caprichoso. De hecho, hay mil formas en las que un niño puede aprender a compartir (con primos, amigos, en el cole…) y llegar a entender por qué a veces las cosas no son como él o ella quiere (no siempre se le va a decir que sí).

Los hijos únicos no saben socializar

Algunos piensan que los hijos únicos son solitarios y antisociales. Otros incluso afirman que son huraños. Sin embargo, no hay nada que pruebe que ser hijo único te convierta en un pequeño gremlin. Además, hay que tener en cuenta que estos niños, igual que cualquier otro, también tienen posibilidad de socializar fuera de sus familias (colegio, extraescolares…)

En efecto, al pasar tanto tiempo en la guardería o en la escuela, el hijo único tiene muchas oportunidades para socializar, aprender a relacionarse con niños de su edad y a compartir.

Realidades

Una realidad es que ser hijo único también tiene sus pros. Entre ellos, los peques que se crían como hijos únicos adquieren aptitudes como independencia y, además, aprenden a estar cómodos en la soledad y a disfrutar del tiempo consigo mismos (algo que no siempre es sencillo, incluso de adultos).

Asimismo, algunos estudios aseguran que los niños que han crecido como hijos únicos son buenos comunicadores y aprenden a comunicarse de manera clara y asertiva. Además, pueden llegar a formar lazos y conexiones fuertes y profundas, como si de hermanos se tratase, con sus amigos.

Por otro lado, no todo lo que brilla es oro. Así que también es verdad que (a modos generales) algunos hijos únicos pueden tener dificultades para trabajar en equipo debido a los altos grados de independencia que adoptan e, incluso, les puede costar compartir la atención (ya que siempre han tenido la de sus padres y madres para ellos solos).

Ser hijo único

La única realidad confirmada sobre ser hijo único es que para cada niño será una experiencia totalmente diferente y única. No hay dos peques iguales, de la misma forma en que todas las familias son distintas. Su forma de ser dependerá de muchas más cosas aparte de si tiene o no hermanos.

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