El trastorno de ansiedad en los niños
Índice de contenidos
¿Qué es el trastorno de ansiedad?
La ansiedad es un mecanismo de adaptación al medio en el que vivimos, una especie de sistema de alarma que hace que nuestro cuerpo y nuestra mente se pongan en alerta ante lo que nuestro cerebro interpreta como una situación peligrosa. Hay etapas en las que cierto grado de ansiedad sería completamente normal y parte de la evolución del niño, por ejemplo la angustia de la separación, que se desarrolla hacia los ocho meses, cuando el bebé aprende a diferenciar a sus figuras de apego de los demás (esto le hace evitar a los desconocidos, potencial fuente de peligro). Del mismo modo, ciertas dosis de ansiedad (por ejemplo subir al escenario el día de la función escolar) son fuentes de aprendizaje para los niños. Sin embargo, un pequeño que vive permanentemente angustiado, con miedo, o reacciona exageradamente ante estímulos normales del día a día, puede estar teniendo un problema que nos pase desapercibido porque pensemos que se trata de una fase más o parte de su personalidad.
En el colegio
Los niños que conviven con demasiada ansiedad en su vida pueden pasar desapercibidos porque no suelen ser niños con problemas de conducta o déficit de atención, algo que suelen detectar fácilmente los profesores. Por ejemplo, un niño con fobia a hablar en público por miedo a lo que los demás pueden pensar de él, podría evitar participar en clase, una conducta que puede interpretarse como falta de interés cuando no lo es. Antes que esperar y observar, una vez que se detecta el problema, se pueden hacer cambios para ayudarle a superar esas situaciones, por ejemplo ponerlo a trabajar en grupos pequeños con niños a los que ya conoce.
Importancia del temperamento
En el ámbito familiar-social, también podemos ver cómo los niños excesivamente tímidos o con miedo desproporcionado a los extraños pueden desarrollar conductas que les lleven a tener ansiedad social más adelante. La intervención de los padres, cuando se trata de niños pequeños, se basa en acompañar. Por ejemplo, si el peque tiene dificultades para relacionarse con niños de su edad, no es buena idea soltarlo en un cumpleaños infantil rodeado de barullo y de niños desconocidos. Los padres tienen que trabajar con él en ir exponiéndole poco a poco a las situaciones que le generan este estado, pero siempre partiendo de la presencia paterna, para que pueda ganar confianza poco a poco y coja práctica a la hora de enfrentarse a esas situaciones que le atemorizan o le hacen sentir inseguro.
Síntomas físicos
Los trastornos por ansiedad tienen su reflejo en la salud de nuestros hijos. En los niños muy pequeños, un exceso de ansiedad en sus vidas puede traducirse en problemas para dormir, llanto sin motivo aparente, pérdida de apetito, dolores abdominales, dolores de cabeza… En niños más mayores y adolescentes las manifestaciones pueden ir desde problemas de memoria, dificultades de concentración y atención hasta obsesiones, rituales…
Si te ha interesado este tema, lee el siguiente artículo: