¿Cómo combatir los primeros catarros del otoño?

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21/09/2022 - Tiempo de lectura 3 mins
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Este artículo trata de:

Resfriados y catarros
Consejos
Salud infantil

Hemos dejado ya el verano atrás y a partir de ahora, además de mal tiempo y algo más de frío, pueden aparecer los típicos resfriados de otoño. Asimismo, el cambio de estación y el regreso de los niños a las guarderías y colegios favorece el desarrollo de algunas enfermedades. Por ello, os dejamos unos consejos sobre cómo combatir los primeros catarros del otoño.

Normalmente, el curso de estas enfermedades víricas no requiere un tratamiento especial, aunque sí específico. Si tu hijo se pone enfermo, lo normal es que se recupere en tres o cuatro días. Todo dependerá de la salud y defensas del niño y de la edad que tenga. Cuanto más pequeño sea, más posibilidades tendrá de contagiarse. A partir de los 5 años de edad, las probabilidades van disminuyendo, ya que su sistema inmunológico es más equilibrado.

Consejos para prevenir los resfriados propios del otoño

En esta época en que los niños están volviendo a tener contacto diario con otros niños, los pediatras aconsejan que los padres extremen la higiene, para evitar el contagio a otras personas que vivan en casa. Hay que tener en cuenta que las mujeres embarazadas y los mayores son especialmente vulnerables. Así que, a continuación, te damos algunos consejos para prevenir los resfriados y catarros tan habituales en el otoño.

Alimentación

Durante el período agudo catarral intenta que los niños lleven una alimentación equilibrada, ligera y variada, sin grasas ni excesos de proteínas que obliguen al organismo a un gasto excesivo de energía para su digestión. Sopas, verduras, alguna carne blanca y, sobre todo, mucho líquido como zumos de limón e infusiones contribuirán a acortar los síntomas. Aumenta la dosis de frutas como la naranja, fuente infinita de vitaminas.

Hidratación

Para aliviar los síntomas de los resfriados en otoño es bueno mantenernos, y también mantener a los niños, bien hidratados. Por lo demás, solo queda pasarlo, a no ser que haya fiebre alta o cualquier otra complicación que nos alarme, momento en el que habrá que acudir al médico. Al ser una enfermedad viral, los antibióticos no sirven de nada porque frente a los virus causantes de catarros y gripes no tienen ningún efecto.

Mucha higiene

Con los niños en las guarderías y en los colegios, el contagio de los virus se hace cada vez más latente. Por eso, la higiene es la principal y casi única forma de protegerse contra los virus del resfriado, aunque incluso lavándonos las manos con frecuencia es posible que nos contagiemos.

El resfriado se transmite a través de las secreciones respiratorias producidas por la tos y los estornudos. Y además, el contagio puede no ser directo: los virus sobreviven en determinados muebles y objetos, sobre todo si son de madera, plástico o metal, por lo que a veces basta con tocar uno de esos objetos.

Aun así, lavarnos las manos con frecuencia puede ayudarnos. Un trabajo científico estableció que ocho lavados de manos al día en diferentes momentos reducía en un 50% la incidencia de infecciones respiratorias y digestivas. Así que, ya sabes, ¡agua, jabón y manos a la obra!

Abrigarse… solo para no pasar frío

Aunque casi todos tengamos en la cabeza que si nos abrigamos no nos resfriaremos, lo cierto es que no es así. Los virus del resfriado se contagian igualmente con pocas o muchas capas de ropa. Los padres solemos abrigar mucho a los más pequeños preocupados por la salud del bebé o el niño, y eso hará que, si hace frío, ellos no lo pasen, pero no que no cojan un resfriado.

Entonces, ¿por qué nos cogemos más resfriados en épocas de frío? La respuesta es que durante el otoño y el invierno se dan las mejores condiciones de temperatura y humedad para la supervivencia de los virus del resfriado, y por eso es más fácil que se propaguen.

Paciencia con los niños

Si se considera normal que un adulto coja hasta cuatro resfriados en un año, en los niños eso sería todo un premio. Lo habitual es que ellos los sufran en más ocasiones, no solo porque suelen mantener un contacto más cercano entre ellos, tocando los mismos objetos que sus compañeros de clase o guardería, sino también porque su sistema inmune está menos desarrollado. De hecho, los más pequeños pueden llegar a coger hasta 10 resfriados en un año.

Otros consejos

  • Evitar la automedicación.
  • Mantener a los niños muy bien hidratados.
  • Acudir al médico cuando el niño presente síntomas de alguna enfermedad.
  • En casa, ventilar bien las habitaciones y evitar zonas húmedas y con humos.

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