Fomentar el juego entre hermanos
Uno de los ‘trabajos de Hércules’ a los que tienen que enfrentarse los padres es el de favorecer unas buenas relaciones entre hermanos. En este sentido, la figura de la hermana o el hermano mayor es importantísima para el bebé. Esa es la razón por la que se hace tan esencial que refuerces los vínculos que existen entre ellos. Una de las herramientas más eficaces para lograr que los hermanos incrementen esa química, complicidad y cariño es la del juego.
Es necesario que, en primer lugar, hagas ver a los hermanos lo necesario que es compartir juguetes. Asimismo, debes estar muy presente y atento, ya que muchos psicólogos infantiles y expertos apuntan a que gran parte de los conflictos entre hermanos nacen, precisamente, cuando juegan.
Índice de contenidos
El juego entre hermanos: los beneficios de compartir experiencias
Los juegos más adecuados para que los hermanos interactúen entre ellos son los que requieren de un proceso algo más dificultoso orientado a la construcción de un objeto o a la resolución de un problema. Ciertos tipos de puzzles y juegos con bloques de construcción son perfectos para este fin.
Cuentos y libros
Obviamente, sólo pueden compartir los hermanos la lectura si el mayor ya sabe defenderse con un libro entre manos. Que lean libros juntos es una manera perfecta para que los hermanos estrechen los vínculos que existen entre ellos.
Por un lado, le das a entender al hermano mayor que su rol es importante en la crianza del pequeño. Por el otro, permites que trabaje sus habilidades lectoras y, a la vez, que el hermano pequeño se sienta cuidado.
Tableros y juegos
Un clásico entre los clásicos. Si bien este tipo de juegos están más indicados para cuando están un poco más crecidos, los juegos de mesa son muy recomendables. En este sentido, esta clase de juegos permiten a los pequeños asumir roles esenciales y dar rienda suelta a su imaginación.
Es interesante que los padres participen en estos juegos para dirigir la acción y garantizar que algunas reglas o normas de los mismos son bien comprendidas por parte de los hijos.
Es preceptivo que, como norma básica, observes con atención, pero sin ser intrusivo, los juegos de tus hijos, para saber intervenir cuando se te necesite o, en otros casos, dejar que tus hijos resuelvan sus problemas por ellos mismos.