Cómo hacer frente a la gastroenteritis en niños
Los peques comienzan en el cole y ¡ta chán! llegan los virus a casa. Una de las enfermedades que proliferan como la espuma es la gastroenteritis y si tu peque lo ha cogido en el cole, ten por seguro que llegará a casa.
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¿Qué es la gastroenteritis?
Seguro que a lo largo de tu vida has sufrido de gastroenteritis, puede que haya sido leve y apenas te haya afectado o todo lo contrario, haya sido la peor experiencia de tu vida. En definitiva, la gastroenteritis está provocada por un virus y ocasiona una inflamación aguda de la mucosa del estómago y/o del intestino, esto desencadena en diarreas, vómitos, fiebre y unos agudos pinchazos en el estómago.
Si ya es duro para nosotros que somos adultos, los niños lo pasan mucho peor y qué os vamos a contar de los bebés, que no pueden decirnos dónde les duele o qué les molesta.
No debéis alarmaros si vuestro bebé o peque tiene gastroenteritis, ya que es muy frecuente y en estas fechas los pediatras reciben muchísimos casos, de hecho es el tercer diagnóstico en cuanto a frecuencia, seguido del catarro y la otitis.
Estos son los virus más comunes que causan gastroenteritis el Rotavirus, para evitarlo puedes vacunarlo cuando es pequeñito, y los Adenovirus, que engloba bacterias como la Salmonella spp. y el Campilobacter. Por último, por un parásito como la Giardia Lamblia.
¿Cómo se contagia la gastroenteritis?
La pregunta clave: ¿cómo, dónde y cómo ha cogido mi peque una gastroenteritis? Cuándo los bebés están en casa es mucho más difícil que la contraigan, sin embargo cuándo van a la guardería o al colegio está al orden del día. Lo normal es que los niños lleven el virus a casa y todos acaban contagiados.
La vía de contagio es de persona a persona por ruta fecal-oral, si suena un poco duro pero es así. También, puede ser que se ingiera en algún alimento u objeto contaminado. Lo importante para prevenir un contagio es lavarse mucho las manos y mantener una correcta higiene.
No te preocupes si tu pequeño se ha contagiado, no es porque no esté bien aseado, probablemente en el cole o en la guardería haya tocado algún objeto contaminado y después se meta la mano en la boca. Ya sabes cómo son…todo a la boca.
Y ahora… ¿qué hago?
Cuándo tu bebé te despierta a la 1 de la madrugada con toda la cuna vomitada, es aterrador. No sabes ni por dónde empezar a limpiar, si por la cuna o por los pegotes que tiene en el pelo. Tranquila, el agua lo limpia todo.
Tómate esta situación como primer posible síntoma. Ahora toca vigilar las cacas del bebé, si la consistencia comienza a perderse y se tornan líquidas, ya tenemos un segundo síntoma: la diarrea.
Los bebés pierden muchos líquidos por culpa de los vómitos y la diarrea, así que tendrás que mantener al pequeño hidratado. Si está en edad de lactancia aumenta las tomas, si toma el biberón ofreceselo más a menudo y si ya toma comida, ofrécele más agua. Lo importante es que no sufra una deshidratación, que percibirás si el pequeño está apático y sin ganas de jugar. El ánimo que tiene un niño es clave.
Siempre es bueno acercarse al pediatra, para una revisión y que compruebe que exactamente su diagnóstico es gastroenteritis, para ello te pedirán que tomes muestras de las heces durante tres días y así analizarán si es un virus o un parásito. En consecuencia de esto te darán uno u otro tratamiento.
En el caso de un virus, no hay nada contra ellos. Simplemente cortar las diarreas y los vómitos, intentar paliar el dolor de tripita y seguir una dieta normal, los bebés y los niños no tienen que hacer dieta blanda como los adultos. Ofrécele a su hora normal la comida, si no la quiere no le fuerces, es mucho más importante que no pierda líquidos.
Cualquier enfermedad que coge nuestro pequeño nos puede desestabilizar, pero tranquila no estás sola y la gastroenteritis en unos 2 a 7 días desaparece.
¡Ánimo y paciencia!