La apendicitis: síntomas y tratamiento en niños
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Tu hijo se queja de que le duele mucho la tripa. ¿Será apendicitis? Posiblemente no, sólo un 10 por ciento de los dolores de tripa que se tratan en Urgencias corresponden a esta enfermedad. Sin embargo, es importante poder identificar los síntomas de la apendicitis para llevar a los niños al hospital y conocer cuál es el tratamiento adecuado.
La apendicitis es la inflamación del apéndice, un pequeño tubito situado en el ciego del intestino grueso cuya función en el organismo se desconoce. Afecta sobre todo a niños de entre 8 y 11 años. Sólo un 2% de los casos se presentan en menores de 2 años, en los que el diagnóstico es más difícil. Además, en niños pequeños no siempre aparecen los síntomas típicos, con lo que el diagnóstico es incluso más complicado.
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¿Cuáles son las causas de la apendicitis?
La mayoría de las veces se origina al taponarse el apéndice con algún fragmento de heces, lo que desencadena la inflamación. En algunas ocasiones, la causa puede ser una infección del aparato digestivo. Y, de manera mucho más inusual, puede haber sido causada por algún cuerpo extraño que ha terminado alojado en el apéndice, como puede ser una cáscara de pipa.
Síntomas de la inflamación del apéndice en niños
El primer síntoma suele ser el dolor abdominal, que comienza alrededor del ombligo. Con el tiempo, el dolor se va desplazando a la parte inferior derecha del abdomen, concentrándose allí, sobre la ingle, al tiempo que se hace más intenso. El dolor es continuo y progresivo, es decir, no son retortijones, sino que se mantiene.
A medida que avanzan las horas, el niño va sintiéndose peor y quedándose más y más quieto, porque cualquier movimiento le resulta doloroso; al contrario de lo que sucede con la gastroenteritis con la que los niños suelen estar inquietos y moverse mucho.
Otros síntomas característicos de la apendicitis que suelen aparecer después del dolor son fiebre, náuseas y vómitos, así como pérdida de apetito. También puede formarse una pátina sobre la lengua.
Diagnóstico
Si tu hijo o hija tiene algún síntoma que te hace pensar que pueda tener apendicitis, no lo dudes, acude a tu pediatra. La clave para diagnosticar una apendicitis es la palpación del abdomen. Como existen muchas causas del dolor abdominal, en caso de duda es probable que el médico pida alguna prueba complementaria como un análisis de sangre, de orina o una ecografía.
En algunas ocasiones estos estudios no aclaran el diagnóstico. Entonces, será necesario dejar pasar un tiempo de observación para evaluar al niño de manera repetida, ya que si padece una apendicitis los síntomas se irán haciendo más evidentes en los niños.
Tratamiento de la apendicitis y posoperatorio
Antes de llevarle al hospital, no debemos darle alimentos, ni aplicar calor o frío en el abdomen. También se desaconseja administrar analgésicos porque podrían dificultar el diagnóstico.
El tratamiento de la apendicitis en niños, igual que en los adultos, es quirúrgico y consiste en la extirpación del apéndice (apendicectomía), bien por laparoscopia (se realizan unas pequeñas incisiones en la piel por donde se introducen los instrumentos y una diminuta cámara para seguir la operación. No deja casi cicatrices y la recuperación es más rápida), o bien por laparotomía (la incisión es mucho más grande).
También se usan antibióticos para prevenir las infecciones abdominales y puede ser necesario administrar analgésicos en el posoperatorio. El niño permanece en observación unos días y después podrá irse a casa.
Normalmente, una vez recibe el alta ya puede seguir su dieta habitual y comer de todo. Los padres tendremos que limpiar la cicatriz, asegurarnos de que no le sube la fiebre y seguir las indicaciones del médico. Lo normal es que los niños puedan volver al colegio pasados 10 o 12 días de la operación, aunque tendrán que esperar un poco más para practicar deporte.
La operación de apendicitis no deja secuelas y el niño podrá llevar una vida completamente normal.