Llega el Carnaval. ¿Qué necesito?

El carnaval y los disfraces implican para los niños el ponerse en la piel del otro, y esto resulta muy positivo para expresar sentimientos y para desarrollar la empatía. En este sentido, no pierdas de vista a tus hijos cuando estén jugando, ya que obtendrás más información de la que piensas. Y es que, disfrazarse es mucho más que vestirse de pirata, caballero o princesa. Por eso, cuando llega el carnaval nos encanta sacar los disfraces del baúl y convertirnos por un instante en algo o alguien que no somos. Estas son algunas ideas para crear en carnaval nuestro propio baúl de disfraces (y recuerdos).

Ideas para crear tu propio baúl de disfraces para carnaval

Los disfraces suelen tener mucha aceptación en los niños hasta los 7 u 8 años. Te recomendamos que, durante estos años en los que los niños suelen disfrazarse más, aproveches los cumpleaños, las Navidades, Halloween o los propios Carnavales para hacerte con un par de disfraces completos. Algunos disfraces, aunque pueden suponer un mayor desembolso, pueden convertirse en un regalo útil, ya que éstos pueden ser usados cuando haya una nueva celebración o utilizados por otros niños (hermanos, amigos, compañeros del cole…) . Como dice el refrán «quién guarda, haya».

Otros consejos e ideas para crear tu propio baúl de disfraces de carnaval que te pueden servir son:

• No tires telas viejas. A tus hijos les servirán.
• Guarda cinturones, collares viejos y bolsos que ya no utilizas y aquella ropa vieja que pueda ser usada como disfraz.
• Haz una inversión mínima en accesorios: gafas, gorros, sombreros o capas
• Y en partes del cuerpo como narices (de bruja, de ratón….), orejas, pelucas…
• También te darán mucho juego las pinturas de cara. En este tema te aconsejamos que te informes bien antes de comprar. Es importante que no dañen la piel y que sean fáciles de quitar. Igual de importante es que cuando las uses las guardes a buen recaudo, si no quieres llevarte una sorpresa.

Por último recuerda: no a todos los niños les gusta disfrazarse fuera de casa o que les pinten la cara. Si es el caso de tu hijo, no le obligues, pero invítale a que lo haga en casa, cuando tenga más intimidad. Hay niños a los que les da vergüenza que les vean otros, pero que disfrutan mucho disfrazándose cuando están solos.