Trasnochasdores: cómo conseguir que la cama no sea su enemiga
Este artículo trata de:
Para muchos niños, la cama significa que se acabó la diversión. Durmiendo no se puede bajar al parque ni jugar a ser el rey o la reina del bosque ni pintar un dibujo precioso para papá y mamá. O lo que es lo mismo: dormir es un rollo. Así que la tarea de los padres es conseguir que la cama no sea la enemiga de estos niños a los que les cuesta ir a dormir.
Índice de contenidos
Qué hacer para ayudar a niños que les cuesta dormir
Sin embargo, esta no es la única causa para no querer dormir, también hay otros motivos por los que pueden negarse a ir a la cama. La buena noticia es que existen estrategias que pueden servir de ayuda a la hora de que los niños vayan a dormir. Así conseguiremos que nuestros trasnochadores dejen de luchar contra el sueño.
Miedo a la oscuridad
Problema: A veces, la negativa a irse a la cama no esconde otra cosa que cierto miedo y respeto a la oscuridad.
Solución: Acompañar al niño a la cama, charlar un rato un con él una vez en su habitación y estar presentes, con la luz encendida, hasta que concilien el sueño es la mejor opción.
Quieren desobedecer a los padres
Problema: Otras veces, lo que quieren castigar a papá y mamá desobedeciéndoles y detrás de su enemistad con el sueño lo que hay es una especie de venganza para no hacer lo que los adultos quieren en el momento en que lo piden.
Solución: La opción en estos casos sería hacerle ver al pequeño que así solo conseguirá estar cansado e irritable, y que en realidad se está castigando a si mismo.
¿Y si me pierdo algo?
Problema: Cuando descubren que tienen un mundo fascinante que explorar, y que durmiendo no van a poder explorarlo, las peleas por evitar irse a la cama son frecuentes.
Solución: Para lograr que vayan a dormir por su propio pie lo mejor es hablarles explicándoles que si no duermen bien al día siguiente no podrán jugar porque no tendrán fuerzas para ello, y que los sueños, además de para recuperar la energía perdida durante el día, también les servirán para descubrir cosas nuevas.
La falta de rutinas
Problema: También es posible que los niños se nieguen a ir a la cama cuando todo el mundo está levantado porque no está acostumbrado a que le pongan límites, y seguir las normas aún no está entre sus aficiones.
Solución: Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo beneficiosas que son las rutinas para los niños. Así que, en este caso solo inculcarle rutinas servirá. Sin ellas será muy difícil resolver el problema.
Necesitan llamar la atención
Problema: No es nada raro que un niño que siempre se iba a la cama cuando llegaba su hora de dormir deje de hacerlo con la llegada de un hermanito o con cualquier otro acontecimiento que le reste atención.
Solución: En situaciones así hay que hacerle entender que sigue siendo el rey de la casa, aunque ahora comparta su trono, y que papá y mamá lo quieren igual o incluso más que antes.