Una niña con problemas de audición vuelve a sonreír gracias a sus compañeros

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21/12/2021 - Tiempo de lectura 2 mins
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Hipersensibilidad a los ruidos

Esta semana ha saltado a la actualidad la historia de Paula, una niña de diez años que tiene el síndrome 22Q11, una enfermedad genética que se puede manifestar con hasta 180 patologías diferentes. En concreto ella ha perdido la mitad de su capacidad auditiva y también manifiesta una hipersensibilidad a los ruidos, por lo que los chirridos de las sillas de sus compañeros contra el suelo le resultaban insoportables y habían convertido sus días de clase en una auténtica pesadilla.

 

Una solución sencilla

Preocupada por este problema, su madre se puso a buscar soluciones por internet sobre cómo mejorar la acústica en las aulas y descubrió que el problema de su hija podría tener una solución muy sencilla: meter los extremos de las patas de las sillas de la clase en pelotas de tenis para insonorizarlas. Al comentárselo al profesor de Paula se puso en marcha la cadena de la solidaridad. El docente se puso en contacto con un club de tenis local, que accedió a donar todas las pelotas necesarias para que Paula pueda concentrarse sus clases en el colegio de la localidad de Tomares (Sevilla) donde estudia.

 

Solidaridad en clase

El cambio en la clase ha sido asumido por todos sus compañeros, que se muestran encantados de contar a otros estudiantes que en su clase las sillas tienen patas especiales porque hay una niña que necesita ayuda y todos están allí para ella. Desde luego, una enseñanza importantísima la que han dado en este colegio más allá de las asignaturas habituales. La lección de hoy era empatía y solidaridad y han aprobado con nota.  

 

 

 

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