Vacaciones escolares: El síndrome de la agenda vacía
Con el verano y las vacaciones escolares toca programar actividades para que tus hijos no se aburran y llenar la agenda vacía. Pero, ¿y si es bueno que se aburran?
Llega el verano y con él comienzan las vacaciones escolares de los niños. Toca planear las escapadas familiares, organizar actividades infantiles que cubran el horario escolar, conciliar la vida laboral y la familiar… ¡Qué estrés! ¿Qué hacer cuando termina el colegio y la agenda de tus hijos está vacía?
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El síndrome de la agenda vacía
Ante esta situación, los padres usualmente terminan sobrecargando la agenda de los niños, haciendo imposible que estos descansen durante el verano. Este exceso de actividades y deberes se agrava en el caso de niños de corta edad, afectando a las relaciones familiares. Los padres no logran transmitir a sus hijos las experiencias de ocio y los juegos propios de la infancia. Al contrario, recargan sus obligaciones hasta límites inabarcables.
Es muy importante que los pequeños dispongan de un tiempo de descanso –incluso de aburrimiento- para que se ponga en marcha su imaginación y creatividad. El cúmulo de actividades y obligaciones que los padres imponemos a nuestros hijos, muchas veces durante las vacaciones, disminuye su capacidad para conectarse con sus propias necesidades emocionales y desarrollar sus aptitudes y talentos.
¿Qué síntomas nos indican que un niño empieza a padecer sobrecarga de actividades?
- Pérdida de apetito
- Dificultades para conciliar el sueño
- Irascibilidad
- Dificultad para relacionarse socialmente
- Disminución del rendimiento académico
¿Y qué podemos hacer los padres?
Compra pocos juguetes –solo aquellos que estimulen su imaginación- y evita sobre todo los electrónicos. Trata de disminuir las horas de televisión, ordenador y móvil.
Enseña a los niños a aprovechar el tiempo libre, déjales jugar libremente y estimula las actividades al aire libre. Y por supuesto, dedica tiempo a estar con ellos en el hogar.