5 preguntas y respuestas sobre ovodonación
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¿Cómo se realiza la ovodonación?
La ovodonación consiste en recibir un óvulo de una donante anónima, al que se fecunda mediante FIV (fecundación in vitro) y luego de obtenido el embrión, se implanta en el vientre de la madre. El óvulo puede fecundarse, idealmente con un espermatozoide de la pareja. En el caso en que ambos tengan problemas de fertilidad, o bien cuando una mujer decide someterse a este procedimiento para ser madre soltera, el semen proviene también de un donante anónimo.
Otro detalle a tener en cuenta es que la donación puede ser en fresco (con óvulos extraídos en el momento) o bien con óvulos sometidos a vitrificación (es decir, congelados).
¿Qué mujeres son candidatas para este tratamiento?
Las mujeres que pueden beneficiarse de la ovodonación son aquellas con algún tipo de fallo ovárico, ya sea debido a la edad, a alguna enfermedad o cirugía, o bien porque tienen muchos riesgos de transmitir una enfermedad genética. La ovodonación permite que mujeres de edad avanzada sean madres, incluso hasta los 50 años.
¿Qué posibilidades de éxito tiene este método?
Es muy alta la tasa de éxitos con la técnica de ovodonación, en especial si los óvulos se fecundan en fresco –es decir, si no han sido previamente congelados. La tasa de embarazo en España alcanza el 55% con cada intento, lo que implica que después de dos o tres intentos, la mayor parte de las parejas que realizan el tratamiento lo consiguen. Por supuesto que hay variables: por ejemplo, si el semen es de la pareja o de un donante, la edad de la mujer receptora, etc.
¿Qué ventajas supone recibir un óvulo de una donante?
Los óvulos donados presentan una alta tasa de éxitos debido a que provienen de donantes jóvenes de entre 21 y 30 años, saludables, a las que se ha estudiado en profundidad para descartar enfermedades y problemas genéticos. Además, las clínicas que realizan este tipo de tratamientos se encargan de elegir donantes compatibles con la mujer receptora, para procurar que las tasas de éxito sean las óptimas.
¿Cómo lidiar con la cuestión de que mi hijo no sea genéticamente mío?
Tal vez esta sea la cuestión más espinosa de la ovodonación. Tenemos que tener en claro que ser madre es mucho más que engendrar: es dar vida día a día, brindar amor, nutrición, contención y paciencia.
Por último, es importante saber que la donación es siempre anónima. Desechemos, en ese sentido, fantasías de que aparezca la donante buscando conocer al bebé. El niño será nuestro, será nuestro hijo.