¡Tu bebé no para! En la semana 26 de embarazo el peque está más activo que nunca y tú, posiblemente, estés más cansada que en semanas anteriores. Lo más seguro es que estés muy incómoda y si, además, estás trabajando y tienes que estar demasiadas horas sentada o de pie, la fatiga será aún mayor.
Índice de contenidos
Los cambios en el bebé
Para la semana 26 de embarazo la criatura pesa en torno a los 900 y 1.000 g y su tamaño, de cabeza a pies, es de unos 33 cm.
Actividad en el vientre
Cuando se despierta, ¡tu bebé no se está quieto! No deja de dar patadas, traga líquido amniótico, se chupa el dedo, bosteza, intenta agarrar con las manos todo lo que tiene a su alrededor y un largo etcétera de actividades con las que, poco a poco, se van desarrollando sus reflejos…
Percibirás sus movimientos a diario y cada vez con más fuerza. Alrededor de esta semana, ya también parpadea y comienza a distinguir entre luz y oscuridad, por lo que es capaz de responder a ciertos estímulos como, por ejemplo, cuando le pones una luz directa en tu abdomen.
Hipo
Es posible percibir cómo el bebé tiene hipo, que, por cierto, es diferente al nuestro: son más bien espasmos, pero sin ningún tipo de ruido (ya que no hay aire en sus pulmones).
Tú lo percibirás como un movimiento rítmico y constante en tu abdomen, distinto al de tu latido, y lo notarás cada vez más hasta el final del embarazo, aunque puede que no todos los días.
Peso
El peso de tu criatura se triplicará más o menos. La grasa de su cuerpo irá en aumento, lo que le ayudará a conservar la temperatura en el mundo exterior.
Ojos
Sus ojos han estado cerrados hasta ahora, ya que su retina seguía perfeccionándose. ¡Sorpresa! En la semana 26 de embarazo el bebé ya empieza a abrir los ojos. Ahora puede ver lo que está pasando dentro del útero, que, por otro lado, tampoco es la gran cosa.
Respecto al color de sus ojos, lo más probable es que sean azules hasta el momento de su nacimiento. A partir de los seis meses de vida, florecerá su color definitivo.
Oído
En cuanto a la audición, la red de nervios del oído del peque está más desarrollada y ahora es más sensible que en meses anteriores. Ya no solo es capaz de escuchar ruido, sino que además puede responder a él, es decir, sobresaltarse si escucha un golpe fuerte.
Los cambios en la mamá
A partir de la semana 26 de embarazo, cada vez que acudas a consulta, tu médico medirá el tamaño de tu útero. Asimismo, prestará especial atención a la altura uterina y a la distancia entre el hueso púbico y el útero. Esto es importante para determinar si el embarazo se está desarrollando con normalidad.
Así pues, haciendo referencia a exámenes, si la prueba del azúcar ha salido alterada, (valores iguales o superiores a 140 mg/dl) será necesario repetir una segunda sobrecarga de glucosa con 100 gr. Se realizarán extracciones de sangre horarias durante tres horas. Recuerda el truco de chupar medio limón si en la primera prueba te resultó difícil controlar las náuseas e incluso vómitos.
Mamas
Las mamas han aumentado hasta tres veces su tamaño y, como consecuencia, las venas se aprecian bajo la piel. Asimismo, la areola mamaria cada vez es más grande y los pezones se han oscurecido.
De la misma manera, en los pechos pueden aparecer pequeños bultos denominados “tubérculos de Morgagni” y puede tener lugar la secreción de calostro o algo de leche en los pezones.
Emociones
Las emociones en el embarazo son muy variables: de la risa al llanto en un momento, de la felicidad extrema a la irritabilidad sin motivo aparente. No te sientas mal cuando no estés lo contenta que se supone que tienes que estar en el embarazo. Cada día, o incluso en un mismo día, te encontrarás de manera diferente y no por eso vas a perjudicar a tu bebé.
Aumento de la presión arterial
Un ligero aumento de la presión arterial puede ser normal en esta etapa de la gestación. Sin embargo, si la subida es demasiado alta, es posible que empiecen a controlarte más a menudo, por si derivara en una preeclampsia.
Dolores de crecimiento
Se trata de cólicos agudos a ambos lados del abdomen, provocados por el extendimiento del útero. Suelen aparecer al cambiar de posición, levantarse, toser o estornudar.
Muchas embarazadas lo empiezan a sentir ya en la semana 14, pero puede ocurrir en cualquier semana del segundo trimestre.
Síntomas comunes
Otras complicaciones
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional tiene una incidencia del 9% de los embarazos. En la mayoría de los casos, se controla con dieta y ejercicio, aunque a veces es necesario tratarla con insulina.
Las complicaciones fundamentales de no controlar la diabetes en el embarazo son: un posible desarrollo de diabetes a largo plazo y niños grandes por encima de 4.5 kg de peso (macrosomas), lo que podría ocasionar dificultades en el parto y aumento de desgarros perineales.
Matroconsejos
- Riesgo de prematuridad:
Existen embarazos con alto riesgo de prematuridad, como los embarazos múltiples o los de aquellas mujeres que han tenido algún parto prematuro con anterioridad. Por ello, se aconseja medir el cuello del útero con el ecógrafo para conocer su longitud.
Si notas que comienzas a tener contracciones regulares, frecuentes y dolorosas, acude a urgencias para que te examinen. Si la longitud del cuello del útero es menor de 25 mm, se administra progesterona o bien se inserta un pesario de silicona y se prescribe reposo relativo.
- Para aliviar los dolores de crecimiento: puedes colocar los pies en alto o cada vez que vayas a cambiar de postura, hacerlo muy lentamente.
- Para evitar la aparición de estrías: mantén tus senos muy hidratados. Puedes darte masajes dos veces al día y embadurnarte de cremas o aceites.
- Infecciones de orina: Es conveniente que acudas al médico si sospechas que tienes una infección urinaria. Las infecciones de orina no tratadas pueden desencadenar en otras más graves como de vejiga o riñones.
- Relación de pareja: Ten en cuenta que el embarazo es un período de adaptación a una nueva situación y también puede afectar a tu relación de pareja. El diálogo con tu pareja es fundamental, ya que os permitirá, desde el respeto y el cariño, fortalecer la relación, compartir vuestros miedos y preocupaciones y poneros el uno en el lugar del otro. Así que recuerda: la comunicación es clave.
Asimismo, las relaciones sexuales que, salvo contraindicación médica, pueden mantenerse hasta casi el final del embarazo, son beneficiosas para mantener la armonía, liberar ansiedades y dar elasticidad y flexibilidad a los músculos perineales de cara al parto.
Fuentes
Artículo revisado por MªAngeles Rodríguez Rozalén – Asociación Española de Matronas)
Diplomada Universitaria de Enfermería y especialista matrona por la Facultad de Medicina de Valencia. Ha publicado numerosos artículos en publicaciones de carácter científico y divulgativo, es coautora de Manual de Procedimientos para matronas, Los Consejos de tu matrona y autora de Manual práctico para matronas.
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