Alergias y embarazo, ¿cómo actuar?
Según los estudios epidemiológicos, alrededor de un tercio de las embarazadas pueden padecer en menor medida las consecuencias de su alergia, mientras que otro tercio las ve incrementadas y un tercer grupo se mantiene estable. Es decir, que los cambios hormonales que vienen asociados al embarazo pueden influir o no en nuestras alergias. Sin embargo, siempre es mejor prevenir que curar, por lo que la recomendación de los especialistas es que, si sabes que tienes alergia a las gramíneas por ejemplo, procures evitar el contacto en lo posible.
Claro que esa recomendación no es fácil de seguir, entre otras cosas porque necesitamos salir de casa para llevar a cabo las tareas del día a día. Lo que sí podemos hacer es procurar mantener las ventanas cerradas en casa por la noche para evitar que se cuele el polen y ventilar por las mañanas; llevar las ventanillas del coche subidas e incluso poner filtros antipolen en el aire acondicionado del vehículo; y, en lo posible, evitar la exposición directa al polen de estas plantas -por ejemplo, no tumbarse sobre el césped-.
Cómo actuar ante los síntomas de alergia
Aún así, es posible que no consigas evitar los estornudos, los ojos enrojecidos e incluso cierta dificultad al respirar. La primera pregunta de la mayoría de las embarazadas que pasan por ello es si su alergia afecta en algo al futuro bebé, y los especialistas son contundentes en su respuesta: no, a no ser que la madre tenga una reacción alérgica muy grave, por ejemplo una gran crisis asmática, cuando es posible que sí pueda tener consecuencias para el feto si no es tratada. Pero en el resto de los casos, el malestar de la futura madre no afecta al bebé.
Sin embargo, ese malestar puede llegar a ser muy incómodo, y no hay necesidad de pasar por ello. Según explican los especialistas, si las medidas de prevención no funcionan, es posible que sea necesario aplicar tratamiento. Las embarazadas pueden tomar medicamentos contra la alergia siempre que su médico se lo indique -la respuesta del especialista dependerá del tipo de medicamento-, aunque en lo posible conviene evitarlos durante las primeras 20 semanas. Lo importante sobre todo es no automedicarse y pedir consejo al médico antes de tomar cualquier fármaco, ya que dependiendo de su composición estará o no indicado.
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