Condimentos y especias en el embarazo

Los condimentos, hierbas, picantes y aditivos para las comidas suelen generar bastantes dudas para las embarazadas. Hoy queremos aclarar algunas de ellas. No obstante, te recomendamos que consultes todas tus dudas relativas a la alimentación y, en concreto, a los condimentos con tu especialista.

La sal en el embarazo

Estar embarazada no significa tener que tachar de tu lista la sal. Sin embargo, sí que es recomendable reducir apreciablemente las cantidades utilizadas. Este es un consejo que, en circunstancias normales, también le daríamos a cualquier persona que no estuviera esperando un hijo, por lo que a ti te lo damos con más razón.

Entre otras muchas cosas, el exceso de sal en las comidas lleva a la hipertensión y a la acumulación de líquidos. Los expertos estiman que, para todo el día, la cantidad máxima de sal que deberías consumir cabe en una cucharilla de café no colmada. Nosotros te aconsejamos que reduzcas incluso esos 5 gramos, aproximadamente, a la mitad.

Perejil

El perejil, ese clásico y aparentemente inofensivo condimento y hierba presente en muchas recetas de la dieta mediterránea, es un elemento a evitar. En efecto, los especialistas determinan que puede favorecer las contracciones intrauterinas e, incluso, el parto espontáneo.

Hibisco y sésamo

En ambos casos, se recomienda eliminarlos de la cocina durante el embarazo, por las mismas razones antes expuestas para el perejil.

Otras hierbas ‘de riesgo’ durante el embarazo son el romero, el hinojo o la hierbabuena.

En general, te recomendamos que, cuando te quedes embarazada, acudas a tu médico y le preguntes todas tus dudas relativas a la condimentación de los alimentos en el embarazo. Por regla general, cuanto más ‘desprovistos’ de sazonadores o añadidos ‘extra’ se sirvan tus alimentos en este periodo, mejor que mejor.

Esta recomendación se extiende, asimismo, al periodo de lactancia y alimentación complementaria.