¿Es lo mismo la esterilidad que la infertilidad?

La consulta al especialista debe hacerse cuando una pareja lleva dos años manteniendo relaciones sexuales sin lograr un embarazo. Este plazo se acorta cuando la mujer ya tiene 35 años: no hay que esperar tanto tiempo para iniciar los estudios, puesto que la fertilidad disminuye naturalmente con la edad. También se debe hacer una consulta después de tres abortos espontáneos seguidos.

La esterilidad: el embarazo que nunca se produce

Se habla de esterilidad para referirse a la imposibilidad de una pareja de concebir. Mes tras mes, el período llega puntual y aún si no fuera así, los test de embarazo arrojan frustrantes resultados negativos. Atención, que el término “esterilidad” tiene este significado en España, pero en los Estados Unidos hace referencia a la incapacidad total y permanente de concebir, para diferenciarla de las parejas que sí podrían llegar a tener un bebé, si bien con muchas dificultades.

La infertilidad: el embarazo que no se completa

A diferencia de las parejas consideradas estériles, se dice que una pareja es infértil cuando logra concebir uno o más bebés, es decir que consigue el embarazo, pero este se interrumpe de forma espontánea, ya sea por causas que se desconocen como por motivos conocidos (por ejemplo, si hay un cuello uterino débil). En Estados Unidos se aplica el término para hablar de parejas que podrían eventualmente llegar a tener hijos, pero con tratamientos y no sin dificultad.

Se considera infértil a una pareja que ha sufrido tres pérdidas consecutivas del embarazo. También se considera que existe un problema si han sufrido cinco pérdidas totales, si bien intercaladas con algún embarazo que sí haya llegado a término.

¿A qué se llama esterilidad o infertilidad secundaria?

Se trata de aquellos casos en los que la pareja ya tiene un hijo, pero sin embargo experimenta problemas para concebir o llevar a término un segundo embarazo. Existen cada vez más casos de esterilidad o infertilidad secundarias. Entre las principales causas está la edad en la que se busca concebir el segundo bebé, que necesariamente es más avanzada que en el primer embarazo y que, por lo tanto, platea mayores riesgos y desafíos.