¡SOS! ¡Llegan las rabietas!

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13/03/2023 - Tiempo de lectura 2 mins
rabietas en ninos de dos anos

Este artículo trata de:

Rabietas niños 2 años
¿Cómo actuar?

Todo lo que le genere cierta frustración puede ser el detonante de las temibles rabietas, que, generalmente, llegan con fuerza en niños a partir de los 2 años.

¿Por qué se producen las rabietas a los 2 años?

En realidad tan solo se trata de su manera de expresar que no están contentos con algo. La buena noticia es que, con el tiempo, irán desapareciendo. Ocurrirá cuando aprendan a controlar y regular sus emociones. Mientras eso llega, hay formas de dominarlas. Además, los especialistas aseguran que es clave hacerlo. Sobre todo porque salirse con la suya puede ser nuestra perdición: si comprueban el poder que tienen frente a los mayores, es posible que comiencen a utilizarlas.

rabietas ninos de dos anios

Estrategias para evitarlas

Para evitarlas hay que poner en marcha algunas estrategias que suelen funcionar para las rabietas en niños de 2 años.

  • Sin chillar. No es fácil tratar con esas explosiones de enfado. Sobre todo porque consiguen sacarnos de quicio y lo más habitual es perder los nervios. Sin embargo, no hay que olvidar que nosotros somos los adultos y contamos con más ayuda para manejar la situación. Además, ponernos a su altura solo empeorará las cosas.
  • Nada de ceder. Puede que ante sus enormes lagrimones nos parezca que la única salida es darle lo que quiere. Y ese es el gran fallo, porque así solo conseguiremos alimentar las rabietas. Los pedagogos aseguran que la estrategia más efectiva es mantenerse firme dejándole claro que así no va a conseguir nada. Es la manera de que poco a poco vayamos acabando con esa forma de mostrar su frustración.
  • Hacer que nos escuche. Para que todo funcione como queremos es clave que él nos escuche, y eso no es nada fácil cuando está concentrado en su rabia. Puede que nos resulte más fácil si nos agachamos para que sus ojos queden a nuestra altura y esperamos hasta que nos mire. Cuando tengamos su atención es el momento de hablarle y explicarle por qué no puede actuar así.
  • Cambiar de escenario. Cuando parece que nuestro hijo se va a quedar afónico de tanto chillar y que nada conseguirá calmarlo, la forma más fácil de tranquilizarlo es cambiando de escenario (por ejemplo, salir a la calle si estamos en el supermercado o entrar en casa si estamos en la calle).

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