Con nuestra herramienta podrás saber qué vacunas toca darle a tu bebé desde su nacimiento hasta los 15/18 años.
La rueda, la escritura, la imprenta, la máquina de vapor, la electricidad, el coche, el teléfono… son numerosos los descubrimientos que han contribuido a hacernos la vida más sencilla. Sin embargo, muchas personas consideran a las vacunas como el descubrimiento más importante de la historia de la humanidad, ya que, desde su aparición, se convirtieron en un método eficaz para la prevención de enfermedades y la disminución del número de muertes en el mundo.
Tanto esta miniguía que tienes entre manos, como nuestra herramienta de vacunas, te servirán de complemento ideal al Calendario de vacunación oficial. Gracias a estos recursos, podrás conocer de forma fácil y rápida cuándo deberás acercarte a tu centro de salud para administrar las vacuna que le corresponde a tu hijo.
En esta guía encontrarás respuestas breves y concisas a aquellas dudas que pueden surgirte sobre el calendario de vacunación. Por otro lado, para poder estar al día sobre un asunto tan importante para la salud como son las vacunas, iremos añadiendo las últimas novedades que surjan sobre este tema. Esperamos que esta guía cumpla para ti su principal objetivo como fuente de información rápida y fiable. Muchas gracias.
Estas son algunas preguntas frecuentes relacionadas con las vacunas y con la edad a la que se administran al bebé, niño o adolescente.
Una vacuna hexavalente es aquella en la que seis vacunas individuales se conjugan en una sola. Protege contra la difteria, tétanos, tosferina, Haemophilus influenzae, Hepatitis B y Poliomielitis.
Se llamaría así a la pauta vacunal que se necesita para que alguien que no estaba vacunado antes se le considere como inmunizado.
Generalmente, las vacunas no producen reacciones adversas importantes. La mayoría de los efectos secundarios de las vacunas en niños o bebés suelen ser leves y desaparecen en un lapso de tiempo corto, entre 24-48 horas. Algunos de esas reacciones pueden ser:
Con el descubrimiento de las diferentes vacunas, muchos países decidieron establecer calendarios de vacunación, esto es, un cuadro informativo donde poder consultar qué vacuna tiene que recibir el bebé o el niño, organizado de una forma cronológica.
A través del calendario de vacunación, los padres tienen la posibilidad de consultar de forma rápida y sencilla qué vacunas tienen que ser administradas a sus hijos dependiendo de su edad y cuáles de ellas son refuerzos de otras que ya recibieron con anterioridad. Seguir puntualmente estos calendarios de vacunación permitirá que bebés y niños estén menos expuestos a enfermedades peligrosas, ya que la mayoría de las vacunas se administran a edades muy tempranas, cuando los pequeños se encuentran menos protegidos ante los virus y bacterias que provocan dichas enfermedades.
El doctor Francisco Piguillem i Verdacer fue el primero que realizaría la inoculación de la vacuna de la viruela en España. Este acontecimiento se llevaría a cabo en Puigcerdá en el año 1800. Por su parte, las primeras campañas masivas de vacunación contra algunas enfermedades se produjo en nuestro país entre los años 1963 y 1965. Habría que esperar hasta el año 1975 para la implementación del primer calendario de vacunación en España.
En la actualidad, las vacunas en España no son obligatorias, sino que son recomendadas y la gran mayoría son gratuitas. Es el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) el encargado de establecer el Calendario de vacunación. Sin embargo, serán las distintas Comunidades autónomas quienes se adapten la propuesta del calendario de vacunación dentro de su territorio.
Para saber qué vacunas tienes puestas, acércate a tu centro de salud y consulta a tu médico. También puedes informarte a través de la cartilla de vacunación.
Antes de la aparición de las vacunas, algunas enfermedades como la poliomielitis, la difteria o el sarampión causaban verdaderos estragos entre la población. Tras su descubrimiento, la mayoría de estas enfermedades quedaron erradicadas o pasaron a ser menos peligrosas.
Pero, ¿Cómo se llegó a ese momento clave en la historia de la humanidad que fue el descubrimiento de las vacunas? Para poder entender mejor la evolución de los acontecimientos hasta la aparición de esa primera vacuna, vamos a fijarnos en una enfermedad muy peligrosa en el siglo XVIII: la viruela.
Antes de la vacuna, la viruela era una de las enfermedades más letales que existían, causando millones de muertes en todo el mundo, por lo que encontrar un antídoto contra esta enfermedad resultaba esencial. Aunque ya en el siglo II se habían realizado algunos avances en este sentido en lugares como China o la India (con el método conocido como variolización), habría que esperar hasta finales del siglo XVIII para el descubrimiento de la vacuna de la viruela, que sería la que abriría al camino para la llegada posteriormente de otras vacunas.
El descubrimiento de Edward Jenner: un momento clave en la historia
Como suele ocurrir con muchos de los grandes descubrimientos de la historia, el surgimiento de las vacunas fue el resultado de la observación detallada y el análisis minucioso de una situación concreta que llamaba la atención. Corría el año 1796 y Europa se encontraba inmersa en una ola de contagios de viruela. Fue por aquel entonces cuando un médico de Inglaterra, Edward Jenner, observó que las mujeres que ordeñaban vacas (de aquí proceden los términos “vacuna” y “vacunación”) se contagiaban de un tipo de viruela bovina que no era letal y, en cambio, no contraían la enfermedad de la viruela común que tantos estragos estaba causando entre la población de la época.
Esto llamaría la atención de Jenner. Su siguiente paso sería el de introducir viruela bovina extraída de una de aquellas mujeres que ordeñaban vacas en el brazo de un niño de 8 años. Tras unos días, lo que inoculó al mismo niño fue viruela humana infectada, observando que el pequeño no enfermaba de gravedad y que, de este modo, estaba protegido contra una de las enfermedades más mortíferas de la época.
Habría que esperar hasta 1885 para que Louis Pasteur diera el siguiente paso en la historia de las vacunas al experimentar con la vacuna antirrábica en un niño que había contraído la enfermedad de la rabia. Según avanzaba el siglo XX irían apareciendo otras vacunas como las de la difteria, la tosferina, la poliomielitis, la rubeola o el sarampión. Además, poco a poco se establecerían los calendarios de vacunación en la mayoría de los países, lo que resultaría clave para la erradicación de muchas enfermedades que décadas antes habían resultado letales.
A muchos niños oír la palabra “vacuna” y pensar en agujas y pinchazos les produce verdadero terror ¿Cómo explicar a los niños qué son las vacunas y qué decirles para que lo vean como algo positivo?
Lo primero de todo es no disfrazar la realidad diciéndole que no le va a doler, ya que cuando tenga que ponerse la siguiente vacuna, no nos creerá. Mejor decirle que, aunque sí que es verdad que el pinchazo duele, ese dolor durará un momento pequeñísimo y que la vacuna nos va a proteger contra enfermedades graves. Para explicar a los niños cómo funcionan las vacunas, se les puede decir que, a través del pinchazo, introducen en nuestro cuerpo una parte muy pequeña de los gérmenes debilitados que provocan la enfermedad. De esta manera se crean anticuerpos que nos protegerán de la enfermedad.
Si el niño es demasiado pequeño para entender los conceptos de “germen” o “anticuerpo” podemos recurrir a un símil. Por ejemplo, podemos decirles que los anticuerpos son escudos que nos protegen o que son una especie de policías que entran en nuestro cuerpo gracias a las vacunas y que se quedan dentro para protegernos. Además, puede ayudar el recordarles que millones de niños en el mundo se ponen cada día las vacunas para sentirse seguros.
¿Cuáles son las vacunas que hay que poner a los niños y qué enfermedades previenen?
Vacunas que hay que poner a los niños:
Enfermedades de las que nos protegen las vacunas:
Estas son algunas de las enfermedades de las cuales nos protegen las vacunas:
Polio/Poliomielitis
La vacuna Antipoliomielítica inactivada es la encargada de protegernos contra la polio o poliomielitis, una enfermedad que puede llegar a ser mortal provocada por el poliovirus. Aquellas personas que han contraído esta enfermedad pueden no presentar síntomas o presentar algunos como dolor de garganta y/o cabeza, cansancio y fiebre. Sin embargo, en algunas casos puede aparecer complicaciones que afectan al cerebro y a la médula ósea y provocar parálisis. La mejor manera de protegernos y evitar complicaciones es siguiendo la pauta de vacunación.
Difteria
La vacuna frente a la difteria, tétanos y tosferina es la encargada de protegernos contra la difteria, una enfermedad contagiosa y grave causada por la bacteria conocida como Corynebacterium diphtheriae. Esta enfermedad afecta especialmente a las membranas mucosas de la nariz y la garganta y su rasgo más característico es la aparición de una membrana grisácea y dura. Se transmite a través de las gotitas que expulsamos al realizar acciones habituales como estornudad y toser o al compartir objetos con la persona infectada. Los síntomas suelen aparecer entre dos y cinco días después del contagio y entre ellos destacan dolor de garganta, problemas para respirar, secreción nasal, escalofríos y fiebre. La enfermedad puede derivar en complicaciones más graves que pueden afectar al corazón, al sistema nervioso y a los riñones, pudiendo poner en algunos casos en riesgo nuestra vida.
Tétanos
La mejor manera de protegernos contra esta enfermedad es teniendo al día las vacunas y las dosis de refuerzo. El tétanos es una enfermedad grave producida por bacterias latentes que viven en heces o en el suelo y que entran en nuestro cuerpo generalmente a través de una herida o corte profundo. Después de unos días pueden aparecer los primeros síntomas que suelen afectar a los músculos y a los nervios. Los principales son espasmos, contracciones y rigidez muscular, especialmente en la zona de la mandíbula y cuello, y fiebre. Si se tienen sospechas de que hemos contraído el tétanos, hay que acudir rápidamente a nuestro centro de salud, ya que está enfermedad puede conducir a complicaciones graves e incluso poner en riesgo nuestra vida.
Tosferina
La Tosferina es una infección causada por una bacteria que afecta a las vías respiratorias. Es muy contagiosa y se transmite por el aire al realizar acciones habituales como hablar, toser o estornudar.
Los síntomas de la tosferina presentan varias fases. Desde el contagio, hay un periodo de incubación que suele durar entre una semana y 10 días hasta que aparecen los primeros síntomas. Más tarde, a lo largo de dos semanas, se experimentan síntomas parecidos a los del catarro o resfriado común, como estornudos, ojos enrojecidos que lagrimean, tos seca y posibilidad de fiebre. La siguiente fase sería la más complicada, dura de 4 a 6 semanas y se caracteriza por tos seca, violenta e incontrolable en accesos en los que el niño se pone rojo y que puede provocar vómitos. Puede terminar con un ruido parecido a un silbido.
Haemophilus influenzae tipo B
La vacuna frente al Haemophilus influenzae tipo B es la encargada de protegernos contra las infecciones causadas por el tipo B del Haemophilus Influenzae. Se trata de unas bacterias de la nariz y garganta que se contagian al realizar acciones habituales como toser y estornudar y que pueden provocar infecciones leves o graves. Entre las infecciones leves estarían las que afectan al oído. Por su lado, las graves pueden derivar en enfermedades como meningitis, neumonía, infecciones de la sangre, inflamación de la garganta e inflamación de las articulaciones.
Sarampión
Una de las enfermedades que podemos prevenir gracias a las vacunas es el sarampión. Se trata de una enfermedad muy contagiosa provocada por un virus que está en la nariz y garganta de la persona infectada y que lo contagia al toser, estornudar o al hablar. Suele ser más común en niños entre 2-6 años. El síntoma más característico de esta enfermedad es la aparición de un sarpullido con manchas rojas que pueden llegar a fundirse entre ellas. Puede derivar en otras complicaciones como fiebre, diarrea, tos, conjuntivitis, infección de oído, pérdida de apetito, moqueo, neumonía o encefalitis, entre otras. La vacuna contra el sarampión se administra combinada con la de la rubeola y la parotiditis en la conocida como “Triple vírica”.
Rubeola
La rubeola es une enfermedad viral transmitida a través de las vías respiratorias. El contagio se produce cuando una persona tose o estornuda. Los síntomas suelen aparecer entre dos o tres semanas tras habernos expuesto al virus. En los niños la enfermedad suele ser leve, aunque sí que puede causar complicaciones graves en el feto en madres que se han infectado durante el embarazo. Como el sarampión, su rasgo más característico es el de la aparición de erupciones, presentando un sarpullido rosa o rojizo característico en distintas partes del cuerpo. Puede ir acompañado de fiebre baja, congestión nasal, náuseas, picor de ojos o dolor en cabeza o articulaciones. La mejor manera de prevenirla es con la vacuna frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis o “triple vírica”.
Paperas
Aquellas personas que recibieron la vacuna frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis, también llamada “triple vírica”, son las que más protegidas se encuentran ante esta enfermedad y sus síntomas, en caso de contraerla, serían más leves. Se trata de una enfermedad viral y contagiosa que se transmite al toser o estornudar o al compartir ciertos objetos con una persona infectada. Se localizan en las conocidas como glándulas parótidas. Los síntomas aparecen varios días después de haberse contagiado y pueden presentarse en forma de dolor de cabeza, cansancio o fiebre. Se inflaman las glándulas salivales, con dolor en la zona y al cabo de unos días aumentan de tamaño. Pueden aparecer ciertas complicaciones cuando el virus accede a otros tejidos a través de la sangre, entre ellos inflamación de testículos, ovarios, meningitis y encefalitis, inflamación del riñón y de las articulaciones.
Hepatitis B
La vacuna antihepatitis B es la encargada de protegernos contra la hepatitis B, una enfermedad que afecta al hígado y que está causada por el virus de la hepatitis B. Se puede contagiar a través de fluidos corporales infectados, compartiendo objetos, durante las relaciones sexuales y de la madre embarazada infectada al bebé. Existen dos tipos de hepatitis B, la aguda y la crónica. La aguda es una enfermedad a corto plazo y entre sus síntomas principales están vómitos, náuseas, cansancio y fatiga y fiebre. La crónica dura más de seis meses. Puede provocar cáncer de hígado y poner en peligro la vida de la persona infectada.
Varicela
Se trata de una infección causada por el virus de la varicela-zóster. Suele ser más común en niños ya mayores, adultos o en bebés de madres que no pasaron la varicela o que no se vacunaron contra esta enfermedad. Una vez que alguien se contagia de varicela puede experimentar algunos síntomas como dolor de cabeza o fiebre. Sin embargo, el rasgo más característico de esta enfermedad es un sarpullido que hace presencia aproximadamente entre 10 y 21 días tras el contagio. Aparecen ampollas con líquido en diferentes zonas del cuerpo conocidas como vesículas. Después, estas ampollas serán cubiertas por costras. La vacuna de la varicela previene contra esta enfermedad.
A través de la página web del Comité Asesor de Vacunas e inmunizaciones, portal oficial de la Asociación Española de Pediatría sobre vacunas e inmunizaciones podrás consultar los Calendarios de vacunación por Comunidades Autónomas.
Calendario de vacunación por Comunidades Autónomas
Nota importante
La información contenida en este escrito es generalista y ha sido preparada con una voluntad divulgativa/orientativa, correspondiéndose con la situación en España a la fecha de publicación original. En consecuencia, puede encontrarse desactualizada en caso de ser leída posteriormente. Asimismo, diferentes Comunidades Autónomas pueden introducir variaciones sobre las vacunas obligatorias, sus dosis o sus plazos de administración. Adicionalmente, personas en situación de riesgo o condiciones de salud particulares pueden tener contraindicadas ciertas vacunas o seguir una pauta de vacunación distinta. Por favor, acuda a su centro de salud para mayor información.