Tristeza posparto: trucos para superar los malos momentos

letsfamily -

23/10/2017 - Tiempo de lectura 2 mins

La combinación de cambios hormonales, agotamiento e inseguridades; la necesidad de adaptar las expectativas que nos habíamos hecho sobre cómo sería nuestra vida con el bebé a la realidad; el exceso de preocupación por el recién nacido; los ajustes que es necesario llevar a cabo en la familia y en la pareja durante la primera etapa de crianza; problemas inesperados con la lactancia… En fin, las primeras semanas con el bebé pueden ser maravillosas, pero cuando se juntan varios de estos factores, lo normal es que aparezcan momentos de desánimo.

¿Cómo podemos combatir la tristeza posparto, la famosa maternity blues?

1.- Escúchate a ti misma. No tiene sentido obsesionarse, pero tampoco minusvalorar tus sentimientos. ¿Tienes un motivo concreto para estar triste aquí y ahora o no sabes qué te pasa? ¿Cuándo te sientes más decaída, qué desencadena tu emoción? Si localizas de dónde viene tu preocupación, puedes empezar a pensar en soluciones a aspectos concretos, paso a paso. No dejes que ese decaimiento se extienda a cada faceta de tu vida y se haga crónico.

2.- Expresa lo que sientes. A tu pareja, a una buena amiga, a la matrona en las revisiones, a tu madre… O a otras mamás recientes. Tú sabes con quién te alivia hablar de estas cosas mejor que nadie. A veces es más fácil hablar con desconocidos que con los de casa, porque algunos de nuestros sentimientos oscuros se concentran en quienes están más cerca en el posparto, bien porque esperamos de ellos un apoyo que no estamos recibiendo, bien porque nos sentimos culpables de sentirnos mal cuando se supone que deberíamos estar superfelices.

3.- Pide ayuda. La ayuda que necesites. Puede ser apoyo de un psicólogo, pero quizás lo que más te hace falta, para empezar, es no pasarte el día entero sola con tu bebé, o que tu pareja se haga cargo de la limpieza de la casa para poder centrarte en el niño, o ir a darte un buen masaje mientras la abuela se queda un ratito con el niño. No te quepa duda, las personas que te quieren te ayudarían si supieran cómo hacerlo.

4.- Descansa. Nadie que se tire cuatro días durmiendo apenas unas horas está como unas castañuelas. Aprovecha cuando tu bebé duerme para dormir tú también, delega los cuidados que puedas en tu pareja o en tus familiares (un cambio de pañal, hacer la cuna.…).

5.- Date tu tiempo. Pasar de ser pareja a ser familia transforma las relaciones por completo. Recuperar la figura después del parto lleva su proceso. Aprender a manejarte con tu bebé no es algo automático para nadie. Baja la presión sobre ti y deja que los procesos sigan su curso.

6.- Disfruta de tu bebé. Tenlo mucho en brazos, mantén el contacto piel con piel, cántale, sácale de paseo. Busca los ratos de intimidad para contactar con tu hijo, sentir su respiración, disfrutar de cómo te mira y cómo se tranquiliza en tu regazo. Siente cómo huele, los ruidosos que hace, cómo se agarra a tu dedo.