Cómo proteger del frío al bebé
Según explican los especialistas, el verdadero enemigo del bebé no es el frío sino los cambios bruscos de temperatura. Por eso, abrigarlo en exceso o subir mucho la calefacción puede no ser tan buena idea como parece en un principio. El objetivo es que el bebé esté calentito pero sin agobiarle con un calor excesivo, y que no pasemos de un ambiente extremo en frío a otro extremadamente caliente. Por eso, si venimos de un ambiente muy frío como el de la calle, al entrar en casa debemos procurar no tener la calefacción a 38 grados centígrados. En lo posible, lo más recomendable es salir con él a la calle en las horas centrales del día, cuando las temperaturas no son tan extremas, y tener en casa la calefacción a una temperatura constante de unos 20 o 22 grados.
La temperatura, en su nuca
Para saber si el bebé está cómodo, sin sentir ni frío ni calor, la mejor manera de comprobar su temperatura es tocándale la nuca y el cuello, una zona que nos indica realmente su estado. En los recién nacidos el mecanismo de termorregulación está aún desarrollándose por lo que el hecho de que tenga las manos frías o por el contrario, esté sudando, no tiene por qué ser un signo de que está pasando frío o calor. Por eso debemos acudir a su nuca para hacernos una idea de su temperatura corporal.
En cuanto a la cantidad de ropa que ponerle, los pediatras recomiendan ponerle tan solo una capa más que la que llevamos nosotros. ¿impedirá eso que se resfríen? En realidad no, pero tampoco abrigandolos más conseguiríamos evitar el resfriado. Nos resfriamos más en épocas de frío porque se dan las mejores condiciones de temperatura y humedad para la supervivencia de los virus del resfriado, y por eso es más fácil que se propaguen.
También hay que tener en cuenta que no conviene que el ambiente se reseque en exceso, ya que eso puede provocar que la nariz se obstruya y no sea capaz de expulsar las impurezas. Otro de los cuidados a tener en cuenta es el de la piel, que en estas fechas puede verse resentida por la misma razón, el calor excesivo de la calefacción, por lo que es importante hidratar bien su delicada piel con cremas y emplear prendas de vestir que permitan la ventilación de la piel. Tanto para evitar que la nariz se obstruya como para su piel no se reseque, un humidificador que mantenga una humedad del 50% puede ser bastante eficaz.
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