Cómo ser madre y no morir en el intento
Escuchar a algunas madres acerca de las diferentes reacciones que se tienen durante los primeros meses de la llegada del bebé, puede facilitar a las madres primerizas a encontrar un apoyo fuera del ámbito familiar.
Es por ello que este artículo va enfocado a explicar o comentar todas aquellas reacciones totalmente lícitas y respetables, que algunas madres sienten a los pocos días de dar a luz.
Para empezar, el momento del parto es un momento muy idealizado y, en algunas ocasiones, ese momento no es tal y como se había imaginado. Eso puede hacer que la madre sufra una cierta frustración. Cada vez más los profesionales sanitarios están más mentalizados de hacer un parto lo más natural posible, respetando en todo momento los deseos de la embarazada.
Según las opiniones de numerosas madres que se han sentido respetadas, esta experiencia ha cumplido sus expectativas y guardan un gran recuerdo de ese momento. Se aconseja realizar el plan de parto, con el objetivo de que el hospital lo cumpla, aunque no sea una garantía absoluta, es cierto, que el sentir que se respeta las elecciones o deseos de la madre suele favorecer que este momento sea lo menos traumático posible.
Durante 9 meses la mujer embarazada suele estar muy cuidada y mimada por todo su entorno e incluso por la sociedad, pero en el momento que da a luz, el protagonista pasa a ser el bebé recién nacido y la mujer queda desplazada de manera inminente a un segundo plano.
La mujer sufre un cambio hormonal, además de dolores y cansancio, su cuerpo está de forma diferente y ya no está embarazada. Además de la falta de sueño y las molestias generalizadas hacen que se encuentre desprotegida y algo deprimida. Por tanto, se le debe prestar mucha atención y ayudar a que la adaptación de la madre con su bebé sea de la mejor forma para que ese cambio de embarazada a mamá sea lo más agradable.
Las numerosas visitas y los numerosos comentarios que se suelen hacer de cómo cuidar al bebé, pueden confundir a la madre y ante cualquier duda lo más recomendable es acudir a un profesional que ayudará a despejar cualquier tipo de duda. Los momentos en los que apetece llorar son muy normales, sin motivos o con ellos, la mujer se encuentra muy sensible en estos días y llorar es una forma de desahogo que viene muy bien en ciertas ocasiones.
No temer a las diferentes reacciones que se tengan y buscar ayuda en grupos de lactancia o apoyo, es una forma de llevar mejor el post-parto y así estar cuanto antes en plenas facultades para disfrutar de esa nueva etapa que además de dura es maravillosa.
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