Hipotiroidismo: cómo puede afectar el embarazo
El hipotiroidismo no tratado puede afectar mucho al embarazo, desde la concepción, hasta al propio niño después de su nacimiento. Por fortuna, es una enfermedad fácil de controlar por medio de medicación.
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¿Cómo sé que padezco de hipotiroidismo?
El trastorno más frecuente relacionado con la tiroides es el hipotiroidismo, que es cuando la glándula trabaja menos de lo necesario. Las causas pueden ser tanto hereditarias como externas, y la enfermedad puede aparecer tanto en la pubertad como en otro momento de la vida. Las embarazadas son proclives a padecerla porque es común en la edad fértil. Los síntomas incluyen cansancio extremo y debilidad, sensación de frío, piel seca, cabello y uñas frágiles y quebradizos, aumento de peso que no se explica por cambios en la dieta, constipación, etc. El problema es que cuando la enfermedad surge durante el embarazo muchos de estos síntomas se camuflan como propios del mismo estado.
La concepción y el embarazo
Las mujeres que padecen de un hipotiroidismo no detectado pueden concebir, pero como a veces la tiroides afecta la ovulación, el embarazo puede tardar más en llegar. Por otro lado, se sabe que las mujeres que padecen de hipotiroidismo no tratado tienen más posibilidades de perder un embarazo en el primer trimestre, así como también de desarrollar complicaciones como preeclampsia, dar a luz un bebé de bajo peso, o incluso tener un niño que más adelante tenga menos capacidad intelectual que sus pares.
Posibilidades de tratamiento y perspectivas
La buena noticia es que el hipotiroidismo puede detectarse con un análisis de sangre, y que se lo puede controlar con medicación oral –la levotiroxina es una droga que actúa como la hormona tiroidea, pero en versión sintética. Una buena idea si experimentas algunos síntomas relacionados con el hipotiroidismo es hacer una consulta preconcepcional con un endocrinólogo, para que de esta manera, si llegas a necesitar medicación, puedas comenzar a tomarla antes de quedarte embarazada.
El hipotiroidismo tratado y controlado mediante medicación es perfectamente compatible con el embarazo. Tu médico querrá hacerte un seguimiento y análisis de sangre periódicos para ir ajustando la medicación (ya que los requerimientos hormonales van cambiando conforme el bebé crece, en especial entre el primero y el segundo bimestre). Pero si respetas sus indicaciones, no hay ningún motivo por el cual no puedas tener un embarazo tranquilo y dar a luz un bebé sano.
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