Las carnes después del parto
Carnes como la ternera, el buey, el cordero o la carne de ave como el pollo aportan el suficiente hierro para prevenir la anemia en el postparto, un trastorno al que las mamás, sobre todo las primerizas, están más expuesta, ya que la cantidad de sangre que pierden durante el parto suele ser mayor. Es por eso que comer carnes en el postparto es algo verdaderamente recomendable para la nueva mamá.
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¿Cada cuanto comer carne en el postparto?
Es aconsejable introducir la carne roja unas veces a la semana, y vigilar porque esté totalmente cocinada, ya que la carne poco hecha puede trasmitir enfermedades a la madre y al bebé. Asimismo, se puede alternar con carne de ave, preferiblemente pollo y pavo. La carne aporta grandes cantidades de zinc y vitamina B1, que favorecen el proceso de cicatrización. Además, no conviene olvidar que en los primeros estadios de la lactancia, la mamá va a necesitar desarrollar una ingesta diaria de, aproximadamente, 500 y 700 calorías extra.
Preparación de la carne
Para escoger los cortes de carne (sobre todo cuando nos referimos a las carnes rojas de ternera o buey) que tengamos que preparar es imprescindible elegir aquellas con menos grasa. Además, procura cocinar con la menor cantidad de aceite posible (lo que no evita garantizar que no se queden crudas, nada de carne vuelta y vuelta).
Cuidados de la carne
Si tenemos que comer carne que haya sido congelada anteriormente, es mejor que la descongelación la desarrolles dentro de la propia nevera, no fuera, para que ninguna impureza se deposite sobre las piezas. Guarda la carne que vayas a congelar en bolsas herméticas y, por supuesto, no mezcles carnes distintas, ni alimentos crudos con cocinados.
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