7 curiosidades que puede que no supieras sobre el parto
Es uno de los momentos que más inquietud provoca en las futuras mamás. Por eso siempre es buena idea informarse acerca de cómo se desarrolla el parto y qué se siente en cada fase, para que nada te coja por sorpresa y puedas prepararte para el gran día. El bebé se encargará de hacerte saber cuándo ha llegado ese día, pero si quieres saber más acerca de los síntomas del parto, te los contamos en este post.
Lo que quizá no sepas es que durante el alumbramiento se dan ciertas peculiaridades que no siempre nos cuentan. Te hablamos sobre siete de esas curiosidades.
- No siempre notarás que rompes aguas. Es uno de los momentos que suelen mostrarnos en el cine como si se diera siempre de forma espectacular: la protagonista embarazada rompe aguas expulsando gran cantidad de líquido y ella llama a su pareja para avisar que el bebé está en camino. Sin embargo, no todas las embarazadas notan que han roto aguas. Es más: muchas lo confunden con una ligera pérdida de orina. Y es que por lo general no duele y es un pequeño hilo líquido, que en realidad es líquido amniótico. Solo en ocasiones sale como si fuera un chorro. Sobre todo es importante que sepas que la rotura de aguas no es necesaria para el inicio del parto. Son las contracciones las que nos indican que el momento del nacimiento del bebé se acerca.
- Procura no llevar las uñas pintadas. ¿Sabías que el esmalte de uñas impide que los sanitarios puedan ver fácilmente si hay alteración en la oxigenación de la sangre? Por esa razón, lo mejor es no llevar las uñas pintadas. Seguramente todo vaya bien y no haga falta ninguna intervención, pero por si acaso, los médicos prefieren poder ver tus uñas al natural.
- Es posible que cambies de idea en el último momento. De hecho, ocurre con mucha más frecuencia de lo que imaginas. Porque aunque en teoría nos gustaría que nuestro parto fuera de determinada manera, es posible que una vez que comienza el proceso decidas cambiar algo. Por ejemplo, que aunque quisieras que todo fuera sin anestesia, decidas recibir la epidural. No hay ningún problema, deberías poder modificar tu plan de parto cuando quieras, incluso verbalmente.
- Posibles deposiciones. Hace años era un protocolo común el poner un enema a la mujer que estuviera de parto porque se pensaba que habría menos riesgo de infección y que la madre tendría un parto más satisfactorio. Sin embargo, después de varios estudios se comprobó que nada de lo anterior era cierto. Por eso en la actualidad se recomienda no utilizar el enema de forma rutinaria, por lo que es posible que hagas caca durante el parto al empujar. Y por supuesto, no pasa nada.
- Tras el nacimiento, aún queda expulsar la placenta. Puede que pienses que lo peor ya ha pasado cuando por fin nazca el bebé y veas su preciosa cara. Y tendrás razón: ya no sufrirás el dolor de las últimas contracciones. Sin embargo, aún queda expulsar la placenta, que serán un par de empujones más. Saldrá sin dificultad.
- Los bebés no son como en la foto. Hemos visto muchas fotos de mamás recién estrenadas con sus bebés al pecho, y parecen perfectos. Pero lo cierto es que nada más nacer están recubiertos de una sustancia blanquecina, la vérnix caseosa. Y muchos de ellos tienen además una fina capa de vello que se les irá cayendo poco a poco. Además, no es nada raro que presenten alguna pequeña deformidad en la cabeza debido a que sus huesos craneales no están totalmente unidos y acaban de pasar por el canal de parto. Aún así, será el bebé más bonito del mundo.
- Después del parto, ¿más contracciones? Ya tienes a tu bebé contigo y todo ha ido bien. Pero un par de días después notas un dolor intenso, como si volvieran las contracciones. ¿Es posible? La respuesta es sí. Son los llamados entuertos que tienen lugar cuando la matriz intenta recuperar su tamaño habitual. Suelen durar tres o cuatro días, después todo volverá a la normalidad.
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