Parto: Fase de dilatación

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08/02/2024 - Tiempo de lectura 3 mins

La fase de dilatación es la primera etapa del parto. Durante la misma, el cuello uterino se dilata como consecuencia de las contracciones hasta diez centímetros y al mismo tiempo, en la mayoría de los casos, el bebé es empujado hacia el canal del parto.

Atrás quedan horas e incluso días en los que has observado pequeños signos que te alertan de que el parto se está aproximando: expulsión del tapón mucoso, más contracciones, sobre todo por la tarde y la noche, aunque la mayoría de ellas indoloras, molestias “en los riñones”, descenso de la tripa, mayores molestias al caminar etc. esos días en que las embarazadas dicen “sentirse raras”, es la Fase de Pródromos que tiene por objetivo preparar el útero, colocándolo en una posición anterior y adquiriendo una consistencia más blanda, para que cuando se inicie el trabajo real del parto esté bien dispuesto.

Ahora sí, las contracciones han ido aumentado en frecuencia, 1/ 3-5 minutos, en duración, 1 minuto más o menos y en intensidad, la mayoría producen dolor, ya no cesa el ritmo, y dentro del útero, contracción tras contracción, el feto desciende quedando apoyado sobre el cuello del útero que a su vez, se va dilatando, abriendo, para permitir el paso del feto en el momento de la expulsión ( 10 cm). Durante esta fase puedes aliviar las contracciones que cada vez se van haciendo más fuertes mediante cambios de posición y técnicas de respiración y de masaje. Es importante el apoyo de tu pareja o un acompañante y la presencia de la matrona. El cuerpo de toda mujer está preparado para soportar una dilatación de parto por muy dura que sea, indudablemente existe dolor, cansancio a veces próximo al agotamiento y toda mujer busca alivio en esta etapa.

Hay métodos no medicamentosos que pueden ser muy eficaces para disminuir el dolor percibido y a la vez acortar el tiempo de la dilatación.

Las técnicas de respiración y relajación aprendidas en la “preparación a la maternidad” son especialmente importantes y de utilidad en esta fase: una mujer relajada tiene una menor percepción de la intensidad del dolor, favorece con la respiración adecuada el necesario aporte de oxígeno al bebé, no se agota prematuramente y no lucha con su cuerpo en tensión contra la contracción sino que su cuerpo relajado permite que la fuerza de la contracción actúe de forma eficaz sobre el útero avanzando la dilatación.

Los cambios posturales son instintivos, la mujer busca en cada momento la posición en la que se aminoren sus dolores, esa movilidad además consigue que el feto descienda con más facilidad y que la dilatación avance más fácilmente.

Los masajes son de gran ayuda ya que es frecuente que la zona dorsal y lumbar se resientan con cada contracción, una manipulación suave, una presión en esos puntos dolorosos, el calor que transmiten las manos, e incluso la percepción subjetiva de apoyo que va implícita, puede proporcionar a la mujer una sensación agradable de relax tan necesaria en esos momentos.
No existe duda al respecto del efecto beneficioso que supone la compañía en el parto, la mujer necesita más que nunca complicidad y reconocimiento, apoyo y ayuda; de forma no profesional.
Para elegir quién quiere que la acompañe, de forma profesional es imprescindible que se establezca un nivel de empatía entre la mujer y el profesional (generalmente matrona-matrón) lo que crea un vínculo de confianza y seguridad ideal para el desarrollo del parto.

El cuello uterino empieza a dilatar lentamente con las primeras contracciones. A medida que la dilatación avanza, ésta se va volviendo más rápida, los primeros centímetros emplean más tiempo que los últimos.

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