Baja tensión arterial en el embarazo

¿Por qué tengo baja tensión?

En principio, la baja tensión es algo propio del embarazo, ya que el sistema circulatorio comienza a hacer un esfuerzo adicional, al tener que suplir las necesidades tanto de la madre como del organismo del bebé en formación. Aumenta el caudal de sangre y la circulación se hace más lenta. La hipotensión arterial se da con más frecuencia en embarazadas que ya tenían tendencia a la presión baja antes de concebir, así como en aquellas que padecen anemia en mayor o menor grado. En algunos casos está ligada a trastornos metabólicos como hipotiroidismo.

Durante el primer trimestre, el síntoma tiene su origen en el desequilibrio hormonal y el reajuste del sistema circulatorio al nuevo estado. Con el embarazo más avanzado, el peso del útero comprime la vena cava y la aorta y ello también puede acarrearte hipotensión.

¿Qué consecuencias puede traer la hipotensión arterial?

Los síntomas de tener baja presión son los mareos, la fatiga, la falta de concentración, sentir mucha sed, visión borrosa, frío o náuseas. En principio ninguno de estos síntomas representa un riesgo para el embarazo salvo los mareos, que pueden llegar a producir un desmayo y la consecuente caída. Así que, si te sientes mareada, recuéstate sobre el costado izquierdo, o coloca tu cabeza por entre las rodillas, para favorecer el flujo de sangre al cerebro y que el mareo se pase.

¿Cómo puedo remediarlo?

Si tienes tendencia a que te baje la presión, se recomienda hacer movimientos lentos al levantarse de la posición acostada o sentada, dormir de lado como ya hemos dicho, repartir tus alimentos en cinco o seis comidas diarias, para que no pases mucho tiempo sin comer, beber mucha agua (lleva a todas partes una botella contigo), y en lo posible evitar los sitios muy calurosos o atosigados de gente. Hacer periódicamente ejercicio moderado, como las caminatas o la natación, también ayuda a mantener activo el sistema circulatorio.

De cualquier manera, este síntoma de embarazo suele desaparecer hacia el tercer trimestre, por lo general después de la semana 28. Consulta a tu médico y cuídate, y no te preocupes demasiado, que mucho peor sería tener la tensión alta.