La bebé más prematura del mundo cumple tres años sin complicaciones graves
Un pequeño milagro que abre la puerta a la esperanza de muchos padres.
Sucedió en el Hospital Metodista Infantil de San Antonio, en Texas (Estados Unidos). Allí, Courtney Stensrud, embarazada de poco más de 21 semanas, dio a luz a una niña de apenas 425 gramos de peso a causa de una corioamniotitis, una infección del líquido amniótico que le produjo el desgarro de las membranas.
Al médico que la atendía, el doctor Kaashif Ahmad, no le quedó más remedio que dar la mala noticia: la bebé había nacido demasiado pronto para poder sobrevivir. El tiempo mínimo de embarazo en el que los médicos consideran viable sacar adelante a un bebé prematuro en una incubadora son 22 semanas. La hija de Courtney no había llegado a esa fecha por muy poco. La recomendación inicial del doctor Ahmad fue no intentar la reanimación para evitar sufrimientos innecesarios a la familia. Pero la madre le suplicó que lo intentasen y le convenció. Ahora, la feliz mamá tiene a su hija en casa y el equipo médico que atendió a la pequeña ha publicado los resultados del milagroso desarrollo de la niña en la revista Pediatrics.
«Cuando la madre nos suplicó que hiciéramos lo que pudiéramos por su hija, pese a no tener ninguna razón para creer que sobreviviría, decidí proceder con una reanimación vigorosa -ha explicado el especialista-. Colocamos su cabeza bajo un calentador. Escuchamos que su corazón latía, algo que no nos esperábamos necesariamente. La intubamos y le proporcionamos oxígeno. Su ritmo cardíaco aumentó rápidamente. Pasó del azul al rosa. Empezó a moverse y a respirar».
Si la evolución de la niña en sus primeras horas de vida fue sorprendente, su desarrollo posterior ha sido absolutamente excepcional. Se calcula que un 10% de los recién nacidos son prematuros (nacidos con menos de 37 semanas de gestación). La mayor parte de ellos son prematuros tardíos, es decir, nacieron después de la semana 28 pero antes de llegar a la 37. No suelen tener problemas graves de salud. Los llamados grandes prematuros, los niños nacidos con un peso menor de 1.500 gramos, sí pueden sufrir complicaciones más graves como trastornos cognitivos, hiperactividad, parálisis cerebral, retraso del lenguaje o alteraciones visuales y auditivas.
Para esta bebé, que tuvo que permanecer hospitalizada 126 días antes de poder irse a casa con sus padres, el adelanto de su nacimiento no ha tenido secuelas graves. Cuando le hicieron el test Bayley III de desarrollo motor, cognitivo y lingüístico a los 24 meses obtuvo resultados propios de un bebé de 20 meses.
«Si la vieras ahora entre sus compañeros de guardería, no la distinguirías de cualquier otro niño», explicó su madre en una entrevista en la CNN. «Le gusta lo mismo que a cualquier niña de tres años. Sus muñecas, los cuentos, jugar a las casitas». En definitiva, hace una vida completamente normal.
Aunque Courtney Stensrud ha querido preservar la intimidad de su pequeña y no ha revelado su nombre ni imágenes actuales de la niña, sí ha querido compartir su experiencia para infundir un poco de esperanza a otros padres que se encuentran en una situación similar. La evolución de su hija es completamente excepcional, sí, pero sucedió y puede volver a ocurrir.
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