Muebles para el cuarto del bebé

La importancia del color

Resulta esencial que las tonalidades y colores de paredes y muebles para el cuarto del bebé estén combinados de tal manera que se puedan crear diferentes espacios, adaptados a los distintos usos que se les vaya a dar.
El techo y la pared que se encuentre frente a la cunita de tu pequeña o pequeño puede ir en colores suaves. La razón, como imaginarás, es que estos colores invitan a la relajación y son la perfecta ‘antesala’ mental para nuestro descanso.
Para las paredes y el mobiliario de su espacio de recreo y ocio puedes utilizar diferentes combinaciones de colores más intensos (naranjas y morados, por poner dos ejemplos a mano) que inviten al juego y despierten sus ganas de estar activo durante el día.
 

La luz de la habitación

Y si los colores resultan esenciales, ¿qué podemos decir de la iluminación del cuarto del bebé? A lo largo del día, lo ideal es que la habitación disponga de una fuente suficiente de luz natural. Para cuando vaya avanzando la jornada y la luz natural se haga más difusa, necesitarás contar con un gran foco central de iluminación artificial en el cuarto. La idea es que esta lámpara proporcione de manera uniforme el mayor porcentaje de luz en la habitación del bebé.
Otro ‘clásico básico’ que debes contemplar son las lamparitas y focos de pared con luces suaves y azuladas, el perfecto complemento para el sueño de tu pequeño o pequeña.
 

Los muebles

Procura que los muebles dispongan de esquinas lo más redondeadas posibles, de cara a evitar golpes y accidentes. Nunca coloques adornos o complementos pesados (lámparas, jarrones…) en altura en el cuarto del bebé. Asimismo, instala cubre-enchufes en toda la habitación y deshecha las lámparas de pie, que el pequeño pueda tirar y manipular fácilmente (si puede hacerlo, créenos, lo hará).
Por la propensión a las alergias de los bebés, al menos en los primeros meses de su vida, las alfombras y las moquetas tampoco deberían formar parte de la decoración de su cuarto.