Enfermedades crónicas durante el embarazo

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25/07/2017 - Tiempo de lectura 2 mins

Diabetes, Celiaquía, hipertensión, asma o problemas de tiroides pueden poner en riesgo la salud de la mamá o del niño en gestación

La diabetes

La clave cuando se padece de diabetes mellitus es mantener a raya los niveles de glucosa en sangre desde varios meses antes de quedarte embarazada. Además de ejercicio regular y una dieta estricta, serán necesarios mayores controle diarios que permitan ajustar la dosis de insulina a las nuevas necesidades del embarazo.

La celiaquía

Esta enfermedad se caracteriza por la intolerancia al gluten. Mejora muchísimo cuando se suprimen determinadas harinas de la dieta. Las mujeres embarazadas que ya saben que padecen de esta enfermedad deben continuar con su dieta habitual, poniendo especial atención a su alimentación durante el embarazo para que no les falte ninguno de los nutrientes básicos, principalmente las proteínas y el hierro.

La hipertensión

Esta condición, caracterizada por niveles más elevados de lo normal de tensión arterial, es más frecuente en mujeres mayores de 40 años. Antes del embarazo es fundamental consultar al cardiólogo, ya que algunos de los medicamentos que se emplean para controlar la tensión pueden traer consecuencias negativas al bebé. Las embarazadas hipertensas tienen mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.

El asma

Muchas mujeres asmáticas experimentan variaciones en su condición durante el embarazo, ya sea que el asma empeora, o bien que los síntomas se hacen más leves. Solamente el asma severa y no controlada puede afectar al bebé al privarlo de su suministro de oxígeno. Procura mantenerte alejada de las sustancias que te irritan (como el humo del cigarrillo o el polen) y, cuando nazca tu bebé, haz todo lo posible por amamantarlo para prevenir que desarrolle él también alguna alergia.

Problemas de tiroides

El problema de estas enfermedades es que no estén detectadas. Por ejemplo, una embarazada con hipotiroidismo corre mayores riesgos de perder el embarazo en el primer trimestre. Pero afortunadamente esto se puede prevenir con el tratamiento adecuado. Tanto en el caso del hipertiroidismo como el del hipotiroidismo (la condición más frecuente, en la cual la hormona tiroides no trabaja lo suficiente) lo más importante es tener la enfermedad bajo control con medicación desde antes de quedarte embarazada. El endocrino querrá controlar de cerca las variaciones hormonales a lo largo de las distintas etapas del embarazo, para así ajustar la dosis de tus medicamentos acorde a las necesidades.

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