Tareas domésticas en el embarazo: los sí y los no
Cocinar
En principio no hay ningún inconveniente para que sigas cocinando, si bien se recomienda que realices sentada todas las tareas que te sean posibles, tales como cortar verduras, pelar patatas, revolver una salsa durante su cocción, etc. Ten especial precaución al manipular carnes crudas, ya que son una de las principales fuentes de transmisión de listeria y toxoplasmosis (lava cuidadosamente tus manos después de tocarlas, si no te queda otra opción que prepararlas tú). Por el mismo motivo, recuerda lavar cuidadosamente las verduras y las frutas que vayas a consumir.
Limpiar los suelos
Barrer, aspirar o limpiar los suelos no está contraindicado, pero debes tener mucho cuidado con la postura, ya que 4 de cada 5 embarazadas experimentan lumbago en mayor o menor grado. A medida de que avance tu embarazo deberías evitar esta tarea, o realizarla muy lentamente y tomando el tiempo necesario para descansar.
Planchar
Al igual que con la cocina, puedes planchar siempre y cuando cuides de permanecer sentada, con la espalda recta. Es una actividad que, si se la efectúa en tandas breves (no más de 30 minutos) no hay inconveniente en realizarla incluso en las etapas finales del embarazo. Planchar la ropa recién lavada de tu bebé es una buena manera de esterilizarla y de mantenerla impecable hasta que puedas probársela.
Cuidado con los químicos
Es muy importante que te abstengas de manipular ciertos productos de limpieza, como los desinfectantes de olor fuerte, los insecticidas o los herbicidas. También debes evitar pintar y barnizar, ya que algunas sustancias de las pinturas pueden ser nocivas para el bebé. Pide a tu pareja que sea él quien se encargue de pintar el cuarto para el bebé. Tú puedes decorarlo cuando la pintura se haya secado.
Ordenar
Es normal que hacia el final del embarazo sientas el impulso de dar vuelta la casa para preparar todo para la llegada del bebé (se conoce como “síndrome del nido”). Sin embargo, una cosa es ordenar los armarios o los cajones, y otra es correr muebles. Evita toda tarea que implique levantar mucho peso. Y si tienes que limpiar muebles o hacer las camas, es preferible que lo hagas apoyándote sobre tus rodillas y no arqueando la espalda.
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