Cómo darles a tus hijos una Navidad mágica
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Hacedlos partícipes de la organización
Que las compras, que decorar la casa, que el árbol, que envolver los obsequios, que cocinar… las Fiestas suponen un verdadero ajetreo, y puede que en algún momento sientas que tus hijos están en el medio y hacen todo más complicado. No tiene por qué ser así: alcanza con abandonar los ideales de perfección y elegir que los niños participen organizando ellos también la cena navideña. Las galletas no tienen por qué salir todas iguales, si los niños les ponen el glaseado igual quedarán bonitas y deliciosas. El árbol navideño no tiene por qué lucir como de catálogo de las grandes tiendas, quedará más hermoso si está decorado por los pequeños. De esta manera, los niños se sentirán importantes e incluidos en la celebración.
Pasad mucho tiempo juntos
Aprovechad los días no laborables para dar un paseo todos juntos, para leer cuentos navideños, ver vuestras películas preferidas o simplemente, para dormir abrazados una larga siesta. En estos días festivos, nada mejor para nuestros hijos que compartir más horas con sus padres.
Cread vuestras propias tradiciones
Seguramente aún recuerdas las Navidades de tu infancia por ciertas pequeñas costumbres que tenías junto a tus padres y tus hermanos, ¿cierto? Lo mismo puedes hacer con tus hijos, ni siquiera tienen que ser tradiciones conocidas sino un pequeño ritual que inventen en familia. Puede ser que en Navidad se sirva el desayuno en la cama, que se decore la casa escuchando viejos álbumes de los Beatles o que en Nochebuena todos los miembros de la familia vistan de rojo.
Enseñadles a compartir con los demás
Cuando los niños son pequeños, los regalos vienen con Papá Noel y son todos para ellos. Pero cuando crezcan, los niños también pueden hacer sus propios obsequios y descubrir la alegría de dar, no solo de recibir. Con este fin, podemos proporcionarles algo de dinero para que ellos compren obsequios para ti y tu pareja, o incentivarlos a fabricar artesanalmente algo especial para los seres queridos.
Haced buenas obras
Además de disfrutar de una cena copiosa y de la compañía de sus abuelos, tíos y primos, es bueno que nuestros hijos conozcan el sentido de la Navidad. Aún si vuestra familia no es religiosa, se puede enseñar mucho a los hijos llevándolos a un comedor público a repartir alimentos, a visitar un hospital o un asilo de ancianos, o simplemente fomentar que le hagan una llamada a la abuelita que vive lejos. De lo que se trata es de hacer el bien a otras personas.
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