¿Tomar el sol durante el embarazo? Sí, pero con precaución
Sí se puede tomar el sol en el embarazo siempre que se tomen algunas precauciones, advierten los especialistas. De hecho, el sol es bueno en su justa medida: ayuda a sintetizar la vitamina D, lo que fomenta la correcta absorción del calcio para los huesos; supone una dosis de energía beneficiosa para el estado de ánimo; y ayuda a relajarse y liberar tensiones. Sin embargo, no conviene tomarlo en exceso y tampoco hacerlo sin la protección adecuada. Uno de los riesgos a evitar es el llamado cloasma o melasma, unas manchas oscuras que se producen por la combinación de exposición solar y cambio hormonal.
Sin embargo, no es el único problema con el que puedes encontrarte. Los golpes de calor, las lipotimias y la deshidratación también son frecuentes en esta época. Por eso más vale prevenir con algunas orientaciones. Estos son los consejos que los especialistas proporcionan a las embarazadas cuando llega el verano:
- Procura no exponerte al sol en las horas centrales, o al menos no durante mucho tiempo seguido.
- Bebe mucha agua. Hidratarse siempre es bueno, pero en verano aún más. Dos litros de agua diarios son indispensables.
- Usa protector solar alto. Recuerda que debes echártelo una media hora antes de la exposición al sol y que debes volver a ponértelo a menudo, al menos cada hora.
- Los cambios de temperatura bruscos no son buenos, especialmente cuando esos cambios son de poco a mucho calor. Durante el embarazo la temperatura corporal aumenta, y por eso hay que estar especialmente atenta para evitar un golpe de calor. Si te gusta mucho tomar el sol procura intercalar exposiciones cortas con algún tiempo bajo la sombrilla.
- Es preferible que camines por la orilla del mar a que te tumbes en la toalla. Además de que no estarás muy cómoda en la toalla si tu embarazo está avanzado, la brisa te refrescará y mientras caminas fomentas una buena circulación.
- Si usas biquini, recuerda ponerte protector solar también en la tripa ya que con el sol puede oscurecerse la llamada línea alba, esa que va desde el ombligo hacia abajo y que suele salir en el embarazo.
Por lo demás, puedes disfrutar del verano como el resto, sin miedo a esta época del año. Y si puedes aprovechar para nadar y hacer algo de ejercicio que te vendrá genial para mantenerte en forma, mejor que mejor. ¡Feliz verano!
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