Mujeres que escribieron con seudónimo de hombre
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A lo largo de la historia, las mujeres nos hemos visto privadas de múltiples derechos, entre ellos a la libertad y reconocimiento profesional (esto continúa pasando en muchas sociedades, lamentablemente). Por eso, muchas mujeres escritoras se vieron obligadas a publicar de forma anónima o tras un seudónimo de hombre; de lo contrario, sus obras no habrían visto la luz, puesto que hubiesen sido censuradas e invisibilizadas.
Gracias a la constante lucha del feminismo, hoy en día ya podemos leer a estas autoras bajo sus verdaderos nombres y disfrutar de sus libros otorgándoles todo el mérito que se merecían desde un principio. Pero ¿quiénes fueron estas escritoras y qué nombres falsos utilizaron? ¿Cuáles son sus obras? A continuación, te presentamos algunas:
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Mary Ann Evans – George Eliot
En 1871 se publicaba la novela Middlemarch: un estudio de la vida de provincia bajo la autoría de George Eliot. Este libro fue y sigue siendo considerado, incluso por autoras tan relevantes como Virginia Woolf (Una habitación propia (1929)), una de las obras más destacadas de la literatura inglesa.
George Eliot era en realidad Mary Ann Evans, que, aunque publicaba artículos con su nombre, decidió presentar su literatura al mundo bajo seudónimo masculino. A lo largo de su carrera, publicó varios libros más, entre los que se encuentran El velo alzado (1859), Romola (1863) o Daniel Deronda (1876).
Jane Austen – «Escrito por una dama»
Cuando la ahora reconocidísima Jane Austen empezó a publicar lo hacía de manera anónima. Uno de sus primeros libros se presentaba bajo el enunciado «Una novela en tres partes escrita por una dama». Esta simple consigna era la que le daba la «autoría» a Orgullo y Prejuicio (1813), una de las obras más populares en la historia.
Para la mayor parte de la historia, «anónimo» era una mujer.
Virginia Woolf
Austen jamás firmó ninguna de sus obras en vida. Aun así, se ha convertido en una célebre autora de lo que hoy en día ya se consideran clásicos de la literatura, entre los que destacan Sentido y sensibilidad (1811), Emma (1815) y Persuasión (1817).
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Esta escritora no solo rompió moldes en la época en que vivió, sino que sigue representando una figura clave en el feminismo y en la literatura. Especialmente gracias a su espíritu crítico, expresado a través de una fina ironía, y su visión de la mujer, que permanece actual.
Las hermanas Brontë – Currer, Ellis y Acton Bell
Las hermanas Brontë, Charlotte (1816), Emily (1818) y Anne (1820) fueron unas célebres escritoras británicas que publicaron sus obras bajo seudónimo de hombre en una época en que a la mujer no se le permitía ignorar los roles de género que se le habían impuesto.
Las tres publicaron bajo el mismo apellido (Bell), aunque cada una con un nombre masculino diferente. La mayor de las tres, Charlotte, adoptó el nombre falso de Currer, Emily era Ellis, y Anne firmaba como Acton.
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Charlotte Brontë – Currer Bell
Charlotte Brontë, autora de la aclamada novela romántica Jane Eyre (1847), es ahora uno de los nombres más relevantes en el mundo literario. Sin embargo, cuando empezó a publicar sus obras lo hacía bajo el seudónimo de hombre Currer Bell (apellido que adoptó de uno de sus expretendientes y excompañero de trabajo de su padre).
Jane Eyre catapultó a su autora al estrellato y alcanzó un éxito masivo entre profesionales y el público general. Aun así, la primera novela que escribió, The profesor, no fue publicada hasta 1856, un año después de su muerte. Había sido escrita antes que Jane Eyre y la habían rechazado diversos editores.
Emily Brontë – Ellis Bell
Emily Brontë publicó una única (y espectacular) novela, Cumbres borrascosas (1847). Esta obra, a pesar de no haber recibido buena acogida en su época, se ha convertido en una de las más célebres de la literatura universal.
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También publicó un poemario junto a sus dos hermanas, Charlotte y Anne Brontë, titulado Poemas de Currer, Ellis y Acton Bell (1846).
Anne Brontë – Acton Bell
La última de las hermanas Brontë, pero no por ello la menos importante: Anne Brontë. Publicó, bajo el falso nombre de Acton Bell, Agnes Grey (1847), novela inspirada en sus propias vivencias. Retrató de manera intimista, cruda y apasionada la vida de una institutriz victoriana y su estado de precariedad moral y material. A su vez, relató una historia de amor y de humillación.
Asimismo, un año más tarde, Anne Brontë publicó su segunda y última novela La inquilina de Wildfell Hall.
Ella, igual que Charlotte y Emily Brontë forman parte de las mujeres que debieron escribir bajo seudónimo de hombre y que aportaron, en contra de lo que se establecía en la época, gran valor a la literatura a nivel universal y para todos los tiempos.
Amantine Dupin – George Sand
Amantine Dupin, quien se acabaría convirtiendo en una de las autoras más reconocidas del Romanticismo, también forma parte del grupo de mujeres que escribieron bajo seudónimo de hombre. Adoptó, pues, el falso nombre de George Sand.
En contra de las injusticias de su época (finales del siglo XIX), que pretendían silenciar a la mujer en todo ámbito, Dupin fue una periodista y prolífica novelista de títulos insignes como Indiana (1832), Un invierno en Mallorca (1841) o Consuelo (1843). Su obra fue aplaudida desde sus comienzos.
También se rebeló en contra los estereotipos de género al llevar prendas supuestamente masculinas, fumar en público y tener una vida sentimental catalogada de caótica y tumultuosa.