Cómo gestionar las rabietas en niños con empatía
Este artículo trata de:
Sabemos que no es fácil, por eso te damos algunas pautas para saber cómo gestionar las rabietas en niños utilizando la empatía según la edad del pequeño.
Índice de contenidos
Importancia de la empatía en el manejo de rabieta
La empatía es una pieza clave, ¡o incluso mágica!, para gestionar las rabietas infantiles. Cuando un niño de 3 a 6 años está inmerso en una rabieta, su mundo emocional se siente abrumador y caótico. En ese momento, la empatía entra en juego como un faro de comprensión y conexión. ¿Por qué es tan importante?
- Valida sus sentimientos: Al mostrar empatía, le comunicamos al niño que vemos y reconocemos su emoción, aunque no aprobemos su comportamiento. Un simple «Entiendo que estás muy enfadado porque no podemos ir al parque ahora» puede hacer una gran diferencia. Esta validación ayuda a que el niño se sienta escuchado y comprendido, lo que puede disminuir la intensidad de la rabieta.
- Construye confianza y seguridad: Cuando los niños sienten que sus cuidadores entienden sus emociones, se fortalece el vínculo de confianza. Saben que pueden acudir a nosotros incluso en los momentos difíciles, lo que fomenta una sensación de seguridad emocional a largo plazo.
- Modela la regulación emocional: Nuestra respuesta empática les enseña cómo manejar las emociones intensas de una manera saludable. Ven cómo reconocemos y gestionamos sus sentimientos sin perder la calma, lo que les proporciona un modelo a seguir.
- Disminuye la escalada: Una respuesta empática puede desactivar la rabieta más rápidamente que una reacción de frustración o enojo por nuestra parte. Al sentir que son comprendidos, los niños pueden sentirse menos «en lucha» y más dispuestos a calmarse.
- Fomenta la comunicación: La empatía abre la puerta a la comunicación una vez que la rabieta ha pasado. Cuando el niño se siente comprendido, es más probable que esté dispuesto a hablar sobre lo que sucedió y a buscar formas más adecuadas de expresar sus sentimientos en el futuro. Enseña sobre las emociones: A través de nuestra empatía, los niños aprenden a identificar y nombrar sus propias emociones y las de los demás. Esto es fundamental para su desarrollo socioemocional.
Cómo gestionar las rabietas en niños de 3 a 4 años con empatía
Gestionar las rabietas en niños de 3 a 4 años con empatía es una estrategia poderosa para construir una base sólida para su desarrollo emocional. Aquí te dejo algunas formas de hacerlo de manera práctica:
Durante la rabieta
- Mantén la calma (tu prioridad número uno): Recuerda que su cerebro aún está aprendiendo a regularse. Tu calma es un ancla para ellos. Respira profundo antes de reaccionar.
- Acércate con suavidad: Si es seguro hacerlo, acércate al niño con una postura abierta y tranquila. Evita invadir su espacio de forma amenazante.
- Valida su emoción: Ponle palabras a lo que crees que está sintiendo. «Veo que estás muy enfadado porque se acabó el tiempo de jugar», o «¿Estás frustrado porque no puedes abrir el paquete?». No tienes que estar de acuerdo con la razón de su enfado, pero sí reconocer su sentimiento.
- Escucha activamente (si es posible): A veces, entre el llanto y los gritos, pueden expresar lo que les molesta. Intenta escuchar con atención para comprender la raíz del problema.
- Ofrece consuelo físico (si lo acepta): Un abrazo o una mano en el hombro pueden ser reconfortantes para algunos niños, pero otros pueden necesitar espacio. Observa sus señales.
- Evita razonar en el momento álgido: Cuando la emoción es intensa, el cerebro del niño no está preparado para la lógica. Intenta razonar una vez que se haya calmado un poco.
- Establece límites firmes pero con amabilidad: «Entiendo que estás enfadado, pero no podemos pegar/tirar cosas/gritar». Separa el sentimiento del comportamiento.
- Ofrécele opciones sencillas (si es apropiado): Si la rabieta surge por una falta de control, ofrecerle dos opciones válidas puede ayudarle a recuperar cierto sentido de autonomía. Por ejemplo, «¿Quieres ponerte los zapatos azules o los rojos?».
Después de la rabieta
Espera a que ambos estéis tranquilos: No intentes hablar inmediatamente después de que la rabieta termine. Dale tiempo para que se recupere emocionalmente, y tómate tú también un momento si lo necesitas.
Consideraciones importantes para esta edad
- Su lenguaje aún está en desarrollo: A veces, la rabieta es la forma en que expresan emociones complejas que aún no pueden verbalizar completamente.
- Están aprendiendo sobre el control: Quieren hacer más cosas por sí mismos, y la frustración surge cuando no lo logran
- Necesitan límites consistentes: Aunque la empatía es crucial, los límites claros les brindan seguridad y les ayudan a entender qué comportamientos son aceptables.
Estrategias para manejar las rabietas en niños de 5 a 6 años con empatía
A medida que los niños crecen, su capacidad de comprensión y comunicación también evoluciona, lo que nos permite refinar nuestras estrategias para manejar las rabietas con aún más empatía.
Durante la rabieta
- Mantén la calma y la compostura: Al igual que con los niños más pequeños, tu tranquilidad es fundamental. A esta edad, ellos también están observando cómo reaccionas y aprendiendo de tu ejemplo.
- Reconoce y valida sus sentimientos con más detalle: Puedes decir cosas como: «Entiendo que te sientes realmente frustrado porque querías jugar más tiempo y ahora tenemos que irnos» o «Parece que estás muy decepcionado porque no obtuviste lo que esperabas». Ayúdales a identificar la emoción específica.
- Escucha activamente y fomenta la expresión verbal: Anímales a que te cuenten qué les molesta, incluso si al principio están llorando. Puedes decir: «Cuando te sientas listo para hablar, estoy aquí para escucharte». Esto les ayuda a empezar a usar el lenguaje en lugar de la rabieta.
- Ofrece opciones y soluciones (cuando sea apropiado): A esta edad, son más capaces de participar en la búsqueda de soluciones. Si la rabieta surge por un conflicto, puedes preguntar: «¿Qué podemos hacer para solucionar esto?» o «¿Hay alguna otra forma en la que podamos hacer esto?».
- Empatiza con su deseo o necesidad subyacente: Intenta comprender qué hay detrás de la rabieta. ¿Es necesidad de atención, de control, de justicia? Abordar esa necesidad subyacente puede ser más efectivo que centrarse solo en el comportamiento. Por ejemplo, si la rabieta es por atención, asegúrate de dedicarle tiempo de calidad en otros momentos.
- Establece límites claros y explica las razones: «Entiendo que estás enfadado, pero golpear no está bien porque puede lastimar a otros. ¿Podemos encontrar otra forma de mostrar tu enojo?». A esta edad, son más capaces de comprender las consecuencias de sus acciones.
- Permite espacio para la autorregulación: Si el niño necesita un momento para calmarse solo en un lugar seguro, permítele hacerlo, siempre y cuando sepas que no se hará daño ni dañará nada. Puedes decir: «Si necesitas un momento para tranquilizarte, puedes ir a tu rincón de la calma y volver cuando te sientas mejor». Usa el humor con precaución: En algunos casos, un comentario ligero o una pequeña broma (si el niño tiene ese sentido del humor) puede ayudar a aliviar la tensión, pero asegúrate de que no se sienta ridiculizado o que sus sentimientos no se toman en serio.
Después de la rabieta
- Reflexionen juntos sobre lo sucedido: Hablen sobre cómo se sintió, qué desencadenó la rabieta y cómo la manejó. Pregúntale qué podría haber hecho diferente y qué podrías haber hecho tú para ayudar.
- Ayúdale a desarrollar estrategias de afrontamiento: Enséñale técnicas de respiración, contar hasta diez, dibujar sus sentimientos o hablar sobre ellos cuando se sienta abrumado.
- Refuerza la comunicación y la resolución de problemas: Elogia cuando exprese sus sentimientos con palabras o cuando participe en la búsqueda de soluciones pacíficas.
- Sé un modelo consistente: Demuestra cómo manejas tus propias emociones de manera saludable. Si te frustras, verbaliza tus sentimientos y muestra cómo te calmas.
- Revisa las expectativas y normas: Asegúrate de que las reglas y expectativas sean claras y consistentes. Si una rabieta surge por una regla poco clara, es un buen momento para revisarla juntos.
- Fomenta la empatía hacia los demás: Si la rabieta involucró a otros niños, ayúdale a entender cómo se sintieron los demás. «¿Cómo crees que se sintió tu amigo cuando le quitaste el juguete?».
Consideraciones importantes para esta edad
- Mayor capacidad de razonamiento: Pueden entender mejor las causas y consecuencias de sus acciones.
- Desarrollo del lenguaje más avanzado: Tienen más herramientas verbales para expresar sus emociones.
- Mayor conciencia social: Están empezando a entender cómo sus acciones afectan a los demás.