Los beneficios del gateo
¿Por qué es tan bueno gatear? Entre otras cosas, el niño fortalece tanto los músculos como las articulaciones de los brazos, espalda y cuello. Además recibe estimulación táctil que mejora su coordinación y equilibrio.
Otra de las ventajas del gateo es que fomenta la autonomía del bebé ya que al poder gatear empieza a tomar sus propias decisiones: “¿Voy al salón o al cuarto? ¿Sigo a mamá o me paro a jugar con un peluche?”. El gateo le ayuda a satisfacer su curiosidad y las ganas de aprender cosas, además de que gracias a ello obtendrá sus primeras nociones de distancia y espacio.
Los bebés suelen empezar a gatear entre el noveno y el décimo mes, aunque tú puedes prepararle para esta etapa tan importante desde mucho antes. Lo fundamental es dejarle espacio para que pueda moverle y darse la vuelta, “hacer la croqueta” para alcanzar objetos… de esta forma va ejercitando sus músculos y preparándolos para el momento de empezar a gatear. Por lo tanto, no es conveniente que el bebé esté todo el día recostado en la hamaquita, hay que dejarle momentos de estar en el suelo y rodar libremente.
Medidas de seguridad
Una vez que tú bebé empiece a gatear debéis de tomar algunas precauciones. Ten en cuenta que a partir de ahora el niño abrirá su campo de exploración y tendrá a su alcance muchos objetos que pueden ser peligrosos y de los que, hasta este momento, no hacía falta preocuparse. Por ejemplo, los enchufes, que conviene proteger con alguna tapa. Aparta también los objetos puntiagudos y retira todas aquellas cositas pequeñas que pueda llevarse a la boca. ¡Recuerda que la curiosidad de los niños no tiene límites y querrá tocarlo y morderlo todo!
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