Cómo actuar ante un parto precipitado

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20/03/2018 - Tiempo de lectura 2 mins

Si bien podría ocurrir que el parto sea sumamente efectivo, rápido y eficaz sin por ello ser un problema, la verdad es que los partos precipitados pueden presentar peligros tanto para la mujer como para su bebé. Aquí te contamos cómo reconocer los signos de alarma y cómo se debe actuar cuando el nacimiento es inminente.

¿Por qué es riesgoso este tipo de partos?

Un parto precipitado puede ser peligroso para la embarazada, quien en un primer momento puede verse desbordada por la situación que no puede controlar. Las contracciones demasiado intensas y frecuentes no permiten que la parturienta se recupere entre cada una, amén de que pueden provocar la rotura del útero, mayores hemorragias e incluso embolia de líquido amniótico (problemas pulmonares debido a que el líquido amniótico entra a la sangre). También es mayor el riesgo de desgarros y aún si todo saliese bien, no dan los tiempos para aplicar anestesia epidural.

Por otro lado,  tampoco es el parto ideal para el bebé, que puede sufrir de falta de oxigenación, aspirar líquido amniótico, sumado al mayor riesgo de caídas, traumatismos o hemorragias.

¿Cómo saber si estoy teniendo un parto precipitado?

Hay varios signos que pueden indicar un parto precipitado. En principio, las contracciones comienzan de manera repentina, y no se van incrementando de a poco en frecuencia y en intensidad sino que enseguida las sientes una detrás de la otra sin que el tiempo entre contracción y contracción te permita recuperarte. También se puede experimentar un dolor intenso, como si fuese una contracción continua. Y aparece la sensación de presión que incita a empujar, como si tuvieses que ir al baño.

Qué hacer ante la inminencia del parto

La mejor prevención para no sufrir consecuencias negativas de un parto rápido es estar muy atenta a los signos que indican el comienzo del parto. No esperes a último momento para tomar un curso preparto y ten en claro las pautas de alerta. En cuanto sientas los mencionados primeros signos no esperes: ve de inmediato a la maternidad. Puede que la sensación del parto sea tan fuerte que resulte mejor pedir una ambulancia para que puedas ser asistida en caso de que sea necesario.

¿Y qué hacer si la ayuda no llega y se produce el nacimiento?

Puede sonar tonto decirlo, pero hay que procurar mantener la serenidad. Trata de pensar que la naturaleza nos prepara para esta situación y la mayor parte de estos partos se produce sin complicaciones. Muévete, hazle caso a tu cuerpo y ubícate en las posiciones que sientes más adecuadas. Tu acompañante debe recibir al bebé sin tirar de él. Siendo un parto precipitado lo más probable es que salga por sí mismo. Después, mientras se espera a los médicos, colocar al recién nacido piel con piel sobre el cuerpo de la madre, para ayudarlo a mantener la temperatura corporal.

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