Embarazada y a la montaña

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12/04/2017 - Tiempo de lectura 2 mins

Cuándo viajar

El mejor momento para viajar embarazada (ya sea a la montaña o a cualquier parte) es el segundo trimestre. Ya han pasado las molestias y los principales riesgos asociados al primer trimestre, y aún no te encuentras tan incómoda como lo estarás unas semanas después.

Por otro lado, viajar a la montaña por primera vez no es lo más recomendable durante el embarazo, pero si sueles realizarlo regularmente, si tu cuerpo está acostumbrado a las largas caminatas y al esfuerzo físico que implica tener menos oxígeno disponible, seguramente tu médico te autorice a hacerlo. Después de todo, el embarazo no es una enfermedad.

Cuando no viajar

En principio, evita trasladarte a altitudes superiores a los 1500 metros, desde el momento en que implican un esfuerzo adicional para tu sistema respiratorio y circulatorio. Si ya de por sí sientes que te agitas y te cansas más de la cuenta cuando viajas sin estar embarazada, imagínate que ahora será tu bebé el que padezca de carencia de oxígeno. Esto puede repercutir negativamente en el embarazo: tendrás mayores posibilidades de que el bebé nazca con bajo peso o de que el parto se desencadene de forma prematura.

Si tienes tendencia a la tensión arterial alta o riesgo de preeclampsia, así como cualquier otro problema, seguramente tu médico te aconsejará no viajar a la montaña.

Actividades a evitar

Como durante el embarazo debes evitar cualquier actividad de riesgo, aún si decides viajar olvídate de los esquíes. No deberías arriesgarte a patinar sobre hielo ni a hacer ninguna actividad que implique posibilidades de golpes o caídas. Por supuesto que no has de cargar mucho peso. Escalar también está contraindicado.

Por otro lado, si tu idea de viajar a la montaña es descansar, disfrutar del paisaje y relajarte haciendo algo de senderismo por caminos con pendiente suave, puede ser una excelente alternativa para mantenerte activa durante el embarazo.

Si decides ir…

Todo marcha bien con tu embarazo, la zona de montaña elegida no es demasiado elevada y tu médico no ha puesto objeciones. Si haces el viaje, recuerda mantenerte bien hidratada, bebiendo agua fresca con frecuencia. El aire de montaña suele ser seco y no nos damos cuenta de cómo el cuerpo pierde agua. También procura descansar con frecuencia y detener cualquier paseo si comienzas a sentirte fatigada. Lleva un calzado cómodo y seguro para prevenir caídas, y siempre recuerda tener a mano un bocadillo saludable para evitar una repentina baja del nivel de azúcar en sangre.

Tal vez la montaña no sea el destino ideal para viajar embarazada, pero puedes disfrutarla si tomas las precauciones básicas mencionadas.

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