La importancia de la alimentación durante el embarazo
Durante la etapa del embarazo hay que prestar especial atención a la alimentación y se debe equilibrar la dieta para poder aportar a nuestro organismo, y al del bebé que llevamos dentro, todos los nutrientes y vitaminas que sean necesarios.
Hay que prestar especial atención a las proteínas, necesarias para la creación de los tejidos fetales así como el calcio, elemento indispensable para el desarrollo óseo; zinc, para la división celular; hierro, para la correcta producción de hemoglobina; y finalmente ácido fólico y piridoxina, vitaminas pertenecientes al grupo B que intervienen en el desarrollo fetal.
La necesidad adicional de energía para una embarazada es de 300 calorías, quizá algo menor para aquellas mujeres que reducen su actividad física, especialmente durante las etapas avanzadas del embarazo.
Si no os gusta demasiado la carne, las proteínas podéis conseguirlas gracias a dos tazas de leche, que también os aportarán calcio y riboflavina, entre otros elementos. También se debe consumir muchas frutas y verduras para conseguir elevados niveles de vitaminas y fibra.
El consumo de hierro es inexcusable y se deben tomar diariamente unos 30mg. diarios normalmente los alimentos que contienen hierro aportan entre 12 y 15mg. diarios, por lo que habrá que hablar con el médico para que nos recete suplementos de hierro con los que poder llegar a esa cantidad diaria requerida.
Con el ácido fólico también puede suceder algo parecido. Sus fuentes principales son las legumbres, el hígado de ternera y también las verduras de hojas verdes, por lo que si no os gustan demasiado estos productos, podéis pedir a vuestro médico que os recomiende algún suplemento vitamínico-mineral.
A continuación os recordamos las fuentes de los nutrientes que no deben faltar en la dieta durante vuestro embarazo.
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- Ácido fólico: vegetales de hoja verde, frutas, algunas verduras, hígado
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- Calcio: Leche y derivados, vegetales de hoja verde, leguminosas, granos enteros
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- Hierro: Carne, pescados, granos enteros, vegetales de hoja verde, ciruelas y uvas pasas, hígado y panes enriquecidos
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- Piridoxina: Carne, hígado, cacahuetes, soja, maíz, germen de trigo
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- Proteínas: Carne, pescados, huevo, leche y derivados, legumbres, aves
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- Zinc: Carne, granos enteros, hígado, pescados y algunos mariscos como almejas
Aunque sabemos que se pesa más durante el embarazo, debemos recordar que en muchos casos, especialmente durante los primeros meses de la gestación, se produce un aumento de peso bastante más pronunciado. Esto es debido a la ralentización del metabolismo basal, es decir, que nuestro cuerpo necesita menos calorías para poder mantenerse, lo que hace que el índice de las reservas aumente, con la consiguiente ganancia de peso.
En una segunda fase del embarazo aumentan los requerimientos energéticos dado que se producen constantemente nuevos tejidos y con una alimentación normal sería verdaderamente difícil que una mujer pudiera cubrir sus necesidades, por eso, se aprovechan esas reservas adquiridas durante una primera etapa, que serán de gran utilidad tanto para la madre como para el feto.
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