Dolores de espalda en el embarazo ¿Pueden evitarse?
Las hormonas liberadas durante el embarazo provocan una relajación de todo el tejido, de los ligamentos y de las uniones entre cartílagos. De esta forma la cadera se abre ligeramente (lo que es favorable para el parto). Por efecto del incremento de peso del bebé a medida que avanza su desarrollo, y del aumento de las mamas, el centro de gravedad del cuerpo se desplaza cada vez más para mantener el equilibrio estando de pie, lo que genera el temido dolor de espalda.
La carencia de equilibrio en la columna vertebral puede provocar tensiones, causando dolor en el sacro, en la parte baja de la espalda, en la nuca o la cabeza. Para aliviar estas molestias, se debe continuar practicando un deporte o comenzar de forma moderada con uno (por ejemplo el yoga o pilates), o simplemente pasear con regularidad.
Para las madres que ya tienen uno o más hijos algo mayores, es además importante ahorrar sus fuerzas, proteger la columna vertebral y no llevar en brazos o levantar a los niños como lo hacían antes. No derroches tu energía, cuida tu espalda y fortalece los músculos del suelo pélvico.
Medidas
Toma suficiente calcio, magnesio, vitamina C, D, E y B, algo que conseguirás con una dieta equilibrada. ¡Es tiempo de cuidarse más que nunca!
Remedios caseros
- Deja que te den un masaje en los hombros y la espalda con aceite para masajes (cuidado con los masajes en la zona del hueso sacro, podrían provocar contracciones).
- En caso de ciática también puede ayudar un masaje.
- Un calentador, un cojín de huesos de cerezas, un baño o una ducha caliente para la mayoría de las mujeres tiene efectos relajantes para la espalda.
Prevención
- No cargues tu espalda: evita coger objetos pesados y estar demasiado tiempo de pie y mantén una postura derecha cuando estás sentada, andando o de pie (evita curvar demasiado la espalda y echa tu cadera un poco hacia delante). Lleva zapatos planos y de buena calidad y procura ir a menudo descalza.
- Intenta mantener una postura correcta si levantas cosas: ¡dobla las rodillas y no la espalda! Mantén una postura recta cuando estés abajo y eleva el peso manteniéndolo cerca del cuerpo.
- Si llevas peso, deberías distribuirlo de forma equilibrada en ambos lados, preferiblemente dentro de una mochila. Evita llevar cosas muy pesadas.
- También te pueden ayudar ejercicios de movimiento que puedes hacer con frecuencia, por ejemplo círculos con la cadera, mover lentamente la cabeza, los hombros, los brazos y las manos y pies.
- Es importante que el movimiento sea regular. La natación, el yoga, la gimnasia para embarazadas o la danza oriental pueden ser buenos ejercicios para practicar.
- Duerme en un colchón ni blando ni demasiado duro.
- Intenta mantenerte relajada y en paz contigo misma.
- Al dormir colócate hacia un lado, preferentemente el izquierdo, metiendo una almohada debajo de la barriga y otra almohada grande o una manta enrollada entre las piernas.
Siéntate a menudo en una pelota de gimnasia, así la cadera se encontrará en un movimiento ligero constante. En caso de dolencias agudas te puedes poner a cuatro patas, curvar la espalda hacia arriba y mover los glúteos hacia la derecha y hacia la izquierda. Para recibir masajes en los hombros o en la espalda, te puedes sentar al revés (a horcajadas) en una silla y colocar un cojín en el respaldo para acomodarte mejor.
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